
Este texto forma parte de la antología publicada por Letralia el 20 de mayo de 2021 en su 25º aniversario
“El verbo se convierte siempre
en actos que la memoria inventa
para que el olvido —como suele
suceder— verdaderamente exista”.
Hesnor Rivera
“¿Dónde se pierden las palabras?”
Hay algunas colgando de los ramajes
se ven primavera y en sus núcleos se desprenden
las palabras inhalan el vaho de la madrugada
cuando la boca no expulsa
su inherente virtud de crearlas
“¿a quién le pertenece su sonido?”
mudan tanto pelaje entre pronunciación y apreciación
que hay palabras muertas en el silencio
esqueletos de pictogramas incorruptibles
tanto
labrar la palabra precisa para el encanto
que nos quedamos otoñales
esperando el reverdecer de su sonido
“la palabra es una súplica inevitable de las tormentas”
***
“la palabra precisa subyace en las uñas”
el rascar tanta desmesura
no se puede traducir más que en simples balbuceos
“la palabra muere ahogada en su propia prédica”
la guitarra, la resonancia de su madera fértil
no se compara al mutismo de la palabra que ha sido tragada
***
“¿por dónde respira la palabra?”
ya nos hemos salvado de las asfixias
tal vez intuyendo su forma grácil
entre lengua y paladar
“el oficio de la palabra se parece al de la hoguera”
entre sus pulmones habita la epifanía
surte el encanto de un organismo fausto
la orilla de sus intenciones se desconoce
pero en ella rompen las ondas de su sonido
“la palabra no es muro, nunca invierno, siempre otoño y primavera”
***
“¿a dónde se dirigen las sílabas que dejamos contra su límite?”
entiendo por límite el lugar donde reposan
las manos heridas de la palabra
con su lengua resarce la magulladura, el mordisco
entiendo por límite sus horas desperdiciadas
tal vez el viento que ya no corre entre ellas
***
la palabra puede apocar los destinos
en sus huesos de serpiente
“la taxonomía de la palabra es descrita por la incertidumbre”
muta cada ocasión que el silencio permita
cada laceración a su esencia genera caos en su marcha
“la palabra es una verdad bífida”
su reino pertenece a las criaturas indetenibles
en el pellejo se adivina cada reencarnación
la evolución constante del despojo
“en ella comulgan las especies huérfanas de los muertos”
reaviva el discurso axiomático del orden
aunque, cuando la mastiquen, genere tempestad
“la palabra hace hogar en la desmesura”
y se comprende / se regala levedad / ajusta su aullido en el latir de los cuerpos
(Este poema obtuvo el Primer Lugar del IV Concurso Nacional de Joven Poesía Hugo Fernández Oviol; Santa Ana de Coro, diciembre de 2020).
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