Urbana. 27 años de Letralia
Este texto forma parte de la antología publicada por Letralia el 20 de mayo de 2023 en su 27º aniversario
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1
Desde el principio mi voz
anduvo de la mano
con vientos y tempestades.
Creció legítima entre las olas
junto a la playa.
Se hizo fuerte,
se inflamó de consignas
entre el tumulto.
Por largo tiempo
sostuvo imposturas.
Extraña y desconocida
era mi voz.
Enronqueció hasta la sal
con abandonos
y fue en ese entonces:
áspera y lejana.
En una calle de esta ciudad
te encuentro y recupero
mi auténtica voz.
2
Me planto de cuerpo entero
en las alturas de una torre,
sorda a las hambres devoradoras
que se comen a los justos
del mañana sin mañanas.
Amarrada a espejos enfrentados
sólo se reflejan negaciones,
cínica en las respuestas a las preguntas
que dejamos suspendidas en el aire.
Una torre de futuro apagado
construida con mentiras de papel
sobre los huesos rotos
de honorables desconocidos.
3
Desde una esquina imprecisa
observo a este hombre,
que se afana por vivir
su instante líquido
y cambia a cada paso,
y abre huidas
como heridas,
en el inútil intento
para escapar de su libro.
Pero la letra es de fuego.
yo, en cambio,
quiero ir más allá del horizonte
que señalan estos cerros agónicos,
plantados como severos guardias
para cerrar los caminos.
Ir mucho más lejos
de este cielo desteñido.
A la ciudad de la esperanza.
4
Busco ya sin afán
sobre tu cuerpo
la presencia, apenas el rastro,
quizás la huella
de la palabra perdida
en los azarosos tiempos que vivimos.
Debo buscar hasta encontrar
la urgencia de la sombra
huyendo de la noche,
los sesenta segundos
desatados hasta minuto.
5
Con estas manos
cruzadas de líneas,
que marcan el pasado
y señalan posibles mañanas,
busco en tus cabellos
aquella promesa de eucaliptos
que vientos bandidos se llevaron.
Enredado en tus cabellos,
un canto de pájaro
devuelve la palabra perdida
con renovado olor a naranjas
recién cortadas.
6
Jugué a los encuentros
en tu espalda de nube,
de arena tostada,
de cielo regado de estrellas
sin malos presagios.
jugué una partida perdida
desde los hombros
hasta la cintura.
Inauguré una aventura
sin futuro ni mañana,
sin lúcido amanecer,
sin más nombre
que el momento,
sin más razón
que la locura.
7
Quiero rodear tu cintura
y encontrar esa canción
que marcas desde el pecho
a ritmo de tambor,
al son de los cueros,
con estridencia de timbales
que abren deseos y sueños nuevos.
8
Al momento,
—en negro—
necesito oír tu voz
despertar las mañanas.
9
Detén los relojes
a las once en punto.
Abre las puertas de tu ciudad
huyendo estrellas,
para entrar despacio
con el asombro
y ahogar las palabras.
En el mayor de los silencios
subir a tus colinas coronadas,
caminar tus calles
de faroles encendidos.
Sin esconderme
en falsos anuncios luminosos
andar sobre veredas
de luna nueva,
a paso lento,
sin detenerme
ni un solo momento.
Sus textos publicados antes de 2015
Editorial Letralia: Doble en las rocas. 18 años de Letralia (coautor)
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