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Ciudad abierta (extractos)

viernes 8 de julio de 2016
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Nada se sabe
pero las palabras
se conjuran
hostiles
chillan y se acuchillan
saltan en el aire
Óscar Cerruto
qué decisión baldía
hacer que todo poema se levante del ruido
Francisco Matos Paoli
Tan altos son los edificios
que ya no se ve nada de mi infancia
Eugenio Montejo

Hoy que la vida me ha puesto la pluma sobre el ojo
pienso y distingo
a los huracanes que surgen del Atlántico
a esas caracolas que forman las puntas del diamante
y van trepando tierra dentro
Voy con mis manos de relámpago
para nacer desde el oleaje como Venus
o quedar ciego en la corteza de los árboles
perdido en el laberinto de los versos
….(bajo……subo…..precipito
…..y sedimento en cada hoja)
……………………………como un presentimiento
Y esto lo pienso mientras mis manos aletean
con el nervio de una guerra que se inclina
sobre los hombros
Me sitúo en las aceras de Wall Street
y miro las pantallas
La caída de las bolsas de valores alrededor del planeta
nos reúne en este punto………Ciegos por el humo del tabaco
a tientas por los callejones
Miro los relojes detenidos
en las alas abiertas de las aves que circulan cabizbajas
entre los tejados edificios chimeneas ventanas fuentes parques
blancas plumas y las nubes negras por el pensamiento
……………..solo el huracán colmado de silencios
Tal vez fue la felicidado la negritud del tiempo
o esta sobredosis de miedo que corre en los parajes
Acaso el aletazo que no quiere extinguirse
y silencioso
relampaguea al horizonte
El cielo de unicornios embravecidos
acercándose en las noches de tormenta
Tantas inundaciones y ni un solo transeúnte con la corbata adormecida
Ah….mis manos de relámpago
mis manos que tiemblan
y me dictan cuando voy quedando ciego
Porque los mercados caen
los edificios desmoronan
y uno observa y mira y puede distinguir
que del grito último en que nos hemos anclado
somos la partícula suspendida en el aire
cayendo a través de las ventanas
flotando entre la lluvia
Pienso en los electrones
en el sabor de tu lengua
en la axila blanca blanquísima
de la niña que estuvo conmigo anoche
y al volver el rostro sobre las manecillas del reloj
toda ella y sus pedazos de blancura
cayeron con los edificios
Porque no estamos solos como cada noche
porque todo nos ha reunido en este punto
en la mirada del ojo que siempre precipita
Pienso en el brillo del silencio
que me remonta a la selva
en el brillo que surge cuando abres la boca
Pienso en el hueco del niño que no conoció a su padre
aquel brilloso padre tragado por la niebla
La misma niebla que nos va dejando ciegos
uno frente al otro sin poder pronunciar los apellidos


Es tan larga la calle y al final el disco rojo
¿qué del disco rojo refugiándose en la lluvia?
la voluntad de los carros sobre la carpeta asfáltica
la niña de la capa roja el odio de los truenos
la falda corta subiendo hasta los moretones
raspaduras de vidrio los ojos cerraditos
y el agua del grito escalando ventanas
Es tan larga la calle y la lluvia en todos los semáforos
¿qué de la lluvia y su tanta sorna parpadeando?
el disco rojo balancea
la calle se ha quebrado entre los motores
la niña seca sus trenzas con la capa de tan solo treinta pesos
sus manos pequeñitas
revolotean por los costados cuando la sumergen en el callejón
Los edificios vigilan cada centímetro de la ciudad
atrapan gritos que las palomas empollan sobre las cornisas
Unos niños mudan sus dientes entre la basura
mientras perros olisquean los rincones de la niña abierta
toda moradita y empapada
tiritando de frío en el olor de la violencia
que se guarda….como el miedo….bajo su piel
y esta infante lluvia va picándole las pecas


Taconazo puro
la niña duerme entre gorriones
las alas se le abren como papalote
porque en los brazos de un hombre ha dejado
el nombre de sus muñecas que llama ahora muñones

Y las camas brincan todas llenas de ratas

Tan coloradita la cara sobre la luz del labio roto
La niña costura su lengua con pájaros de cera

Ahí el paso del semen
el gato desde las ventanas

Todas las horas son la calle
y de nuevo aletea el silencio
lleva en el pico la flor


Viene desde lo alto de los árboles
serpenteando a través de la neblina
de las frutas hacia dentro de las botas
de los telescopios viene hasta mi cuello
cae con la lluvia
se fragmenta me fragmenta
y estoy pulido hasta los huesos
colgado en las ramas de los postes de luz
en el travesaño del templo
estoy meciéndome lleno de sombras
y caigo desde lo alto de los árboles
a través de la neblina
hasta su cuello por los telescopios
caigo como lluvia
y me fragmento y lo fragmento
para mirarme dentro de sus huesos
y descubrirlo
abierto y tan lleno de sombras


Estoy en el rincón de mis propias pesadillas
con la flor violeta en la mano y la ceniza burbujeante en la boca
Hurgando va la mano más allá de mis rodillas
……………………………..Soy la niña que tiembla
la que rompe sus muñecas las desviste
la que corta sus muñecas desde el cuello
Qué lindo es esto de quitarnos todos la cabeza
………………………………………………………………..Soy la sangre
el charco que somos en esta noche blanca
blanca sonrisa la del camarógrafo que se murió de una bala perdida
blanca como la panza del armadillo que siempre gira con el sol adentro

¿soy la niña que tiembla por las pesadillas?


Tendremos que largarnos para no morir de hambre
Tendremos que decirnos que sí
que la noche nos aprieta con su frío
y ella me prestará su capa

Yo le daré esto que soy sobre los cables
miedo a quedarme detenido junto al sol
mientras la ciudad toda se inunda

Tendremos que decirnos que sí
que la noche es suficiente
y el frío no nos basta

Ella se quitará la ropa
Yo   tiraré el reloj por la ventana


No hay más romance que la boca del diablo buscándonos
que el cuerno del diablo dentro de las pieles
el sonido del diablo en las orejas

No hay más romance que la pierna del diablo enredándose
la nostalgia del diablo en cada resplandor
el gemido del diablo entrando en las caderas

No hay más amor que mi amor de diablo en tu carne
que el sabor de diablo en que te voy abriendo toda
que el maldito diablo metido entre la sábana

Eres el diablo en la cabecera
el músculo del diablo dentro de mi carne


Somos polvo y eso que nos dicta la voz de las mañanas
Hallamos cabezas dentro del baño de una casa
bajo las cortinas o el desagüe las cabezas nos miran
nos miran las brujas los enanos miran con sus lentos ojos achinados
……………..todos los labios sangran las sombras despellejan
Se cae la pared y el musgo es alimento de nuestros rituales
amontonadas cabezas….vestidos….veladoras
y brujas encendidas por el sol cada mañana

¿Podrán reconocernos con la sonrisa abierta
los ojos sorprendidos….la carne madurita?


Como si la noche no bastara para todos
como si las flores no bastaran para cada entierro
y detrás de los cadáveres queda la luna
detrás de cada flor solo el cadáver
Y en el cadáver la noche
sobre la noche la flor
detrás la luna sola
sobre la luna el conejo
sobre el conejo tu amor
Y para el amor la sombra de luna ciega
la flor marchita en el huerto
y este cadáver que soy


De qué nos sirven los poetas si siempre mojan la cama

¡Al poeta despídanlo!
Ése no tiene aquí nada que hacer.
Heberto Padilla

Ella lo ha dicho
nos mojamos en el semen y nos crece el árbol bajo los pies
Las garrapatas nos cubren las orejas
los desempleados caen de bruces
van cayendo de cabeza y de cabeza nos llenamos el cenicero
Porque cae la bolsa
como se acaba el petróleo y nadie puede disimular su olvido
Ese olvidarnos el uno al otro
el uno en el otro
el otro negándose a sí mismo
o él mismo que lo niega todo
y todo lo niega acerca de uno
acerca de mí o de sí mismo
ese mismo que nunca fui encima de él
y que él siempre ha querido ser muy dentro mío
Hemos volteado el rostro y somos la negación
que los culpen a ellos….Ella lo ha dicho
mientras se aleja sobre los números dentro de los códices
se aleja se aleja y se me cae el rostro al agua
picoteado por las tristes navajitas
por las mafias literarias
y me siento viejo enfermo parricida
Me miro fijo como un tiro al blanco o una diana sin reservas
sin más color que el azul de tu vestido
Siempre tu vestido de holanes
de arandelas son tus calzones fúricos
y la foto en blanco y negro de tus rodillas chuecas
Ellos se escriben a diario mientras yo los leo
se distinguen y piensan que son las letras
que son el libro y la imagen
que son la muchedumbre que los busca
con las antorchas cercanas a la nariz
y ellos se escriben y se escriben y van cambiando
se quedan malhumorados sobre sí mismos
abotagados
pienso y distingo
que no queda mucho tiempo
que no vamos a cruzar de nuevo este charco que nos colma
que todos hemos visto correr
a los niños por la ribera de las letras

Adán Echeverría
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