No serás sombra
si el mar está en tus ojos
sol en tus manos…
Siente el céfiro
que roza el pensamiento
surge un poema.
Me voy al jardín
a ver las mariposas
tejer el aire.
Del raudo viento
la arena se enamora
y se va con él.
Era un juglar
del cielo diminuto
engrandecido.
Esta es la lluvia
que de tanto mojarnos
nos secó el hastío.
Seré el espejo
con sus dientes de lluvia
en el reflejo.
De aquella noche
te asustaban sus dientes
de lluvia fiera.
Me voy al jardín
a ver las mariposas
tejer el aire.
Ando buscando
unos pasos perdidos
en tu horizonte…
Seré el espejo
de caras invisibles
dientes de lluvia
Palpé la hoja
que lloraba el rocío
al amanecer.
Se va la tarde
sube como volando
y yo me quedo.
Me iré a la noche
a ver las luciérnagas
regar sus luces.
Veré mañana
agudos del canario
que temblaron hoy.
Felicidad: ala de mariposa
—errátil pasajera—
cuerpo de luz y polen.
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