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Rompiendo el control de la caverna

lunes 10 de octubre de 2022
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Rompiendo el control de la caverna, por Salvador Montoya
La policía federal que espiaba a Steinbeck usaba agentes de carne y hueso, pero hoy en día esa policía son las fake news, la Big Data, los algoritmos de burbuja, las redes sociales, el enjambre digital, la agenda del Nuevo Orden Mundial, el transhumanismo. Matthew Henry
A las juventudes del mundo
A mi hermano Elohim, a quien le gusta pensar
Que cuando digan “Paz y seguridad”, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.
1 Tesalonicenses 5.3

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Se cuenta que el escritor John Steinbeck, habiéndose dado cuenta de que el FBI de su país lo espiaba, decidió escribir una carta a esa policía federal, donde le decía: “¿Creen ustedes que sea posible a los chicos de Edgar (Edgar Hoover, director del FBI de ese tiempo) que dejen de pisarme los callos?”. Steinbeck, por sus ideas y posturas políticas en contra del sistema, fue vigilado por la policía federal constantemente. Y aunque después llegó a ser un gran amigo de uno de los presidentes de su país, la policía federal persistía en pisarle los callos. Porque un hombre pensante y libre rompe el control de la caverna.

 

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Todo sistema político tiene una policía que lo defiende y así busca mantener un orden rígido e inamovible. Y si el sistema se vuelve opresor y opresivo su policía tiende a retorcerse en sus vicios. Así que una policía bajo estas situaciones ejerce el control de la caverna. El mito de la caverna en Platón representa a gente encadenada a falsas percepciones de la realidad. En otras palabras: somos dominados por la imagen mental del mundo que nos enseñan desde que nacemos. La policía federal que espiaba a Steinbeck usaba agentes de carne y hueso, pero hoy en día esa policía son las fake news, la Big Data, los algoritmos de burbuja, las redes sociales, el enjambre digital, la agenda del Nuevo Orden Mundial, el transhumanismo. La nueva policía de la caverna que requiere otras formas de servidumbre humana.

 

Se rompe el control de la caverna cuando desarrollas pensamiento crítico.

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Esta nueva policía se manifiesta por lo menos en tres dominios. Uno ya lo definió el inglés George Orwell en su icónica novela 1984, publicada en 1949, donde señala en aquel mundo distópico la existencia de “la policía del pensamiento” (esa que busca subyugar a los disidentes, a los inconformes, a los que piensan diferentes y doblegar sus ideas de cambio y de libertad). Se rompe el control de la caverna cuando desarrollas pensamiento crítico. El otro dominio está muy bien narrado por la japonesa Yoko Ogawa en su novela de 1994 La policía de la memoria (en una isla ocurre un fenómeno posmoderno: desaparecen cosas, objetos, animales y por supuesto la emoción y las vivencias asociadas a ellos). Se rompe el control de la caverna cuando tienes conciencia de quién eres y de dónde vienes (de lo que vives y de lo que te rodea); tienes la memoria de los insubordinados. Y por último el chileno Jorge Baradit, en su novela gráfica de 2011 La policía del karma (pagar por los crímenes y por tus actos corruptos a través de la historia bajo un Estado totalitario es un hecho que salvaguarda el alma y la dignidad), demuestra en una trama de múltiples temporalidades el hambre y la sed de justicia. Se rompe el control de la caverna cuando te levantas en dignidad.

 

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Steinbeck, a lo largo de sus años, usó como su figura y sello personal a Pigasus (pig, de cerdo, y Pegasus, de caballo volador): el cerdo volador, ad astra per alia, porci: “a las estrellas en las alas de un cerdo”. Steinbeck veía nuestra condición humana bajo ese prisma doble. Por ello rompió con la caverna, para dejar lo de cerdo y liberarse a través del vuelo de los que rompen las policías del alma.

Salvador Montoya

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