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Thriller 40, de Michael Jackson

viernes 27 de enero de 2023
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“Thriller 40”, de Michael Jackson
Thriller 40, de Michael Jackson (Legacy Recordings, 2022). Disponible en Amazon

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Hacia el verano de 1991, encontrándose en el pico de su carrera musical, el rapero MC Hammer rodó uno de los videos más largos y costosos que se hayan registrado, y al que una sola, pero vigorosa razón le insuflaba vida: retar a Michael Jackson a un duelo de baile. Con el propósito de convencer al público de que era “demasiado legítimo” para renunciar a la música, tal como lo anunciaba el título 2 Legit 2 Quit (reparemos en el ludismo con la homofonía de los números), y de que no merecía el ninguneo que Jackson le descargaba, Hammer se convertía en una máquina de baile incontenible y aglutinaba a una coalición de estrellas de los deportes y el espectáculo que certificaban su majestad, tales como Jim Belushi, David Robinson, Freedom Williams, José Canseco, Tony Danza, Henry Winkler, Danny Glover, Queen Latifah, Chris Mullin, los hermanos Donnie y Mark Wahlberg, y hasta el par de impostores Rob y Fab, quienes en los 80 conformaron el fraudulento dúo Milli Vanilli. Una mención aparte se la merece el cantante James Brown, quien figuraba un dios que apadrinaba a Hammer y lo potenciaba con superpoderes para bailar. El Todopoderoso Brown lanzaba una instrucción insoslayable: “Trae el guante”.

Quiso el destino antojadizo, sin embargo, que la muerte de Michael Jackson se precipitara en 2009. Hammer, quien por entonces era un hombre convertido a la fe, colgó un mensaje en Twitter sobre el luto que guardaría por su amigo, hermano, mentor e inspiración. Y así se desvanecía cualquier posibilidad de que se llevara a cabo acaso el mayor duelo de baile de la historia. Ahora, cabe preguntarse a qué guante se refería Brown. Éste, a no dudarlo, no era otro que aquel con el que Jackson se coronó Rey del Pop cuando cantó Billie Jean en el show Motown 25: Yesterday, Today, Forever en 1983, un espectáculo especial en el que Jackson se consagró ante los ojos incrédulos de las vacas sagradas de la disquera, leyendas vivientes a quienes aquel niño al que habían visto lanzar su carrera con apenas once años en 1969 los ponía en serios aprietos después de haber desplegado en escena uno de los momentos más icónicos de la música y de la cultura pop, con la ejecución de la primera caminata lunar, el famoso paso de baile moonwalk, y ataviado peculiarmente con lentejuelas y, por supuesto, con el guante. Como quiera que sea, quizá no hubiera habido guante como símbolo del Rey del Pop si antes no hubiera existido Thriller, el álbum de 1982 al que pertenecía Billie Jean. Hoy, esta obra consagratoria del Rey del Pop regresa al público en un formato de reedición con motivo de su 40º aniversario.

 

Thriller contó entre su célebre fila de colaboradores con Paul McCartney, Steve Porcaro y Steve Lukather de la banda Toto, Eddie van Halen y el actor Vincent Price.

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El álbum Thriller salió a la calle el 29 de noviembre de 1982. Su producción estuvo a cargo del genial Quincy Jones, quien ya había trabajado con Jackson en su anterior disco Off the Wall (1979), y contó entre su célebre fila de colaboradores con Paul McCartney, con quien cantó a dúo The Girl is Mine; con Steve Porcaro y Steve Lukather de la banda Toto, el primero para ser coautor de Human Nature y el segundo para realizar la guitarra rítmica de Beat It; con el guitarrista Eddie van Halen, quien tocó el famoso solo de esta última canción, y con el actor Vincent Price, la voz de ultratumba que narra la parte final de la canción Thriller, cuya composición, por lo demás, se debió al músico Rod Temperton, un antiguo partícipe de las canciones de Jackson. El álbum se ordena por el lado 1 con Wanna Be Startin’ Somethin’, Baby Be Mine, The Girl Is Mine y Thriller; en tanto que en el lado 2 siguen Beat It, Billie Jean, Human Nature, P.Y.T (Pretty Young Thing) y The Lady in My Life. Se estima que hasta la fecha Thriller ha vendido más de 70 millones de copias en todo el mundo, cifra que lo convierte en el más vendido de la historia.

Respecto a la reedición especial Thriller 40, el público podrá disfrutarla en los formatos vinilo, CD y digital. Ha de subrayarse que quienes tengan entre sus manos el CD contarán adicionalmente con Starlight, la versión prístina y menos sombría de Thriller; también con cortes de temas inéditos como She’s Trouble y What A Lovely Way To Go, y con algunas canciones que ya habían visto luz por primera vez en el álbum póstumo Michael (2010). La versión digital, además del contenido anterior, está acompañada de demos de Wanna Be Startin’ Somethin’, Billie Jean y P.Y.T (Pretty Young Thing); y de remixes de Billie Jean, con Kanye West; Wanna Be Startin’ Somethin’, con Akon, y Beat It con Fergie, entre otros bonus tracks.

 

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Al parecer, pocos en la disquera Motown apostaban por la propuesta musical del cantante Rockwell, empezando por su propio padre, el CEO del sello Berry Gordon, pero esta percepción iba a cambiar cuando en el coro de la pista Somebody’s Watching Me se hiciera nítida la presencia de una voz muy familiar. Se trataba de Michael Jackson. A inicios de 1984, esta canción logró posicionarse en el segundo lugar de Billboard Hot 100 y alcanzó resonancia internacional. Tres meses después de su lanzamiento, había vendido más de quinientas mil copias, por lo que se granjeó un disco de oro. No se me ocurre otra estrella más apropiada que Michael Jackson para darle voz al coro de esta letra paranoide, cuyo video musical resulta una inmersión en un paisaje saturado de elementos sobrenaturales y grotescos. Por lo que atañe al disco Thriller, la paranoia es un punto medular de las letras de Billie Jean y en cierta medida de Wanna Be Startin’ Somethin’. Ésta se manifiesta en la primera con la historia de una mujer que reclama tener un hijo de un hombre que nunca ha tenido sexo con ella. Con todo, nadie la cuestiona, sobre todo la ley; en Wanna Be Startin’ Somethin’, en cambio, la paranoia es un asunto de mentiras disparadas desde todos los flancos (“so your tongue became a razor”). Para decirlo todo de una vez, el tono general del disco Thriller es sombrío, principalmente el de las canciones más populares. Beat It, por ejemplo, narra la historia de una espiral de violencia entre pandillas. En cuanto al tema Thriller, la oscuridad más insondable no proviene del mundo exterior, sino de dentro del individuo: “Girl, I can thrill you more than any ghoul would ever dare try”. Desde una mirada actual, el videoclip de Thriller se nos puede antojar un síntoma temprano de la figura del zombi como el monstruo que materializa nuestros miedos contemporáneos, pese a que la forma de esta criatura se ha ubicado del lado del género ciencia ficción, visto que emerge de un virus que se propaga hasta convertirse en una pandemia que empuja a la humanidad al filo de la extinción.

 

Aquella portada con Jackson vestido con traje blanco y negro que teníamos en casa se iba a hacer casi omnipresente en las casas de demás familiares y vecinos.

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Dos eventos culturales de 1982 fueron iniciáticos en mi inclinación por el arte. El primero fue el filme E.T., el extraterrestre, de Steven Spielberg, del cual pude disfrutar gracias a una proyección especial que la compañía en la que trabajaba mi mamá les organizó a los hijos del personal; evidentemente, el segundo fue el álbum Thriller. Aquella portada con Jackson vestido con traje blanco y negro que teníamos en casa se iba a hacer casi omnipresente en las casas de demás familiares y vecinos. Otro recuerdo que viene a mí es el de mi familia sentada expectante frente al televisor para ver el videoclip de Thriller y su making-of, los cuales, para ser franco, sentía que me arrastraban hacia una dimensión desconocida, cual Upside Down de la serie televisiva de culto a los 80 Stranger Things. Thriller, al mismo tiempo, significaba llaveros y chapas con la imagen de Jackson o del disco, el álbum de barajitas que los niños pretendíamos completar para ganar un premio de la bodega, y el moonwalk casi sin tocar el suelo que estimulaba nuestras fantasías mientras disfrutábamos del receso en la escuela. Este desborde de la esfera musical hacia otros aparatos de la cultura también lo experimentó en su infancia el cineasta y crítico musical Nelson George, salvo que desde la aparición de Michael y sus hermanos en la escena musical con The Jackson 5. Por esta razón, George se echará al hombro un documental sobre Thriller que incluirá imágenes inéditas y entrevistas que dimensionarán el álbum, y que será proyectado en varias ciudades del mundo junto a exposiciones de experiencia inmersiva.

 

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Puede que hablar de pop hoy nos remita a coreografías monótonas e impersonales, pero esto no era así en 1982, cuando Jackson tenía el deber de transgredir los límites marcados por sus antecesores, pongamos por caso al ya mencionado James Brown, y crear una firma personal, el movimiento en escena que se marcaría a fuego en el imaginario colectivo. También puede que hablar de pop hoy nos remita a los sonidos con sintetizadores de los 80 o a electrónicos como los del más reciente álbum de Taylor Swift, Midnights, pero esto sólo podría entorpecer la apreciación de la diversidad musical que Thriller exploraba, por un lado, con géneros como el funk, el rhythm & blues y el disco, los cuales Jackson había aprendido durante sus años con The Jackson 5 y su carrera paralela en solitario, y, por el otro, con el rock, género que terminaría convirtiéndose en una constante de sus creaciones y supondría la participación de guitarristas de la talla de Steve Stevens y Slash en los álbumes Bad (1987) y Dangerous (1991), respectivamente. Puede que hoy baste con ser afroamericano y declararse ofendido por cualquier cosa para que cientos de puertas se abran, pero a inicios de los 80 nada de esto ocurría, por lo que un afrodescendiente no contaba con más que su talento para abrirse paso en la industria del espectáculo. Sin ningún género de duda, hablar de videos musicales hoy impone pensar en clips con narrativas laboriosas y construidos sobre códigos de la imagen y efectos visuales de punta, pero antes de la eclosión de Thriller esto era harto diferente, pues estábamos acostumbrados a ver a los cantantes y a las bandas cantando frente a las cámaras sobre escenarios o en decorados mínimos. La lección primordial del video de la canción Thriller, dirigido por el cineasta John Landis (The Blues Brothers, Un hombre lobo americano en Londres, Un príncipe en Nueva York), reside en que un video musical también puede ser un cortometraje narrativa y visualmente complejo. En una palabra, un video musical puede ser una obra de arte. Desde entonces, como lo recuerda el connotado crítico de cine David Bordwell, los videoclips han contribuido con mucho al lenguaje cinematográfico de la continuidad intensificada, denominación que él le da al estilo visual contemporáneo. Añadamos otras participaciones de renombrados cineastas en videos de Michael Jackson: Steve Barron en Billie Jean, Martin Scorsese en Bad, Colin Chilvers en Smooth Criminal, David Fincher en Who Is It?, y Spike Lee en They Don’t Care About Us.

 

Hará cuestión de un año cuando noté que un conjunto de series animadas que mi hijo de casi dos años veía en televisión tenían intertextos de la música de Michael Jackson: la canción Billie Jean en Pocoyo, el paso moonwalk en los Mini Beat Power Rockers, y el baile y la vestimenta de Thriller en el especial de Halloween de Blippi. A fin de cuentas, las grandes invenciones humanas gozan de una enorme tenacidad y adaptabilidad al paso del tiempo.

Maikel Ramírez
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