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La aorta del Arte

domingo 26 de mayo de 2019
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La aorta del Arte, por Marco Vinicio Padilla Arceo

Este texto forma parte de la antología publicada por Letralia el 20 de mayo de 2019 con motivo de arribar a sus 23 años.

Ayer me salió una crisis en el paladar, tenía dos protuberancias. Le puse nombre a cada una de ellas: “Fifí” y “Chaira”. Mi país escupió en mis letras toda su polarización algún tiempo hace, de ahí el contagio palatal. No sé en qué parte del cuerpo les han salido crisis a mis compatriotas, empero sé que deben estar sufriendo porque diariamente y sin el menor reparo se golpean las dignidades. Los cómodos del otrora sistema traen atravesada una crisis en el recto, estoy seguro. Los olvidados por el pasado traen sus crisis en los genitales y los invocan para defender a ultranza al nuevo Ejecutivo. Los que están en medio han de tener la crisis en la ropa, unos días salen abrigados y otros destapados. Lo bueno es que a mí me salió la crisis en el paladar, y aunque Fifí y Chaira han estado inquietas, ser ajeno al discurso hodierno de mi país me hace más llevadera la crisis.

Cada quién sana y trata sus crisis como le ha tocado vivir.

El veintitrés de agosto de mil novecientos ochenta y siete me abrazó una crisis. Ni me enteré. Tenía cinco años de edad. Conforme pasó el tiempo me abrazó más fuerte hasta que la sentí. El advenimiento del abrazo me confirmó que las muertes son sempiternas. Que no lo sueltan a uno, vaya, y que iba a vivir el resto de mis días en este planeta abrazado a mi crisis aquella. Los últimos veinte años, más consciente ya, le he escrito a la fuerza de los brazos de mi crisis, le lloro en el panteón San Isidro aunque también le pido me aconseje. Cuando estoy en ese diálogo mi abrazo de crisis se disfraza de recuerdo, de “re cordare”, volver al corazón, como pensaban los romanos. Luego pienso en todos los sociólogos, filósofos y literatos que he leído y vuelvo a concluir que la muerte es el punto final. Mi crisis se quita el disfraz y me vuelve a abrazar con cara de mamá.

A las crisis se les puede escribir, aunque no respondan.

¿A usted de qué color le gustan las crisis? Yo las muerdo antes para probar su sabor. ¿Sabía usted que el plural y el singular de la palabra “crisis” es el mismo? Las palabras griegas con el sufijo “sis” llegaron al castellano sin distinguirlo. No ocurre lo mismo en la omnipresente lengua inglesa, en la que “sis” es singular y “ses” plural. A nuestra gente no le importa si es una o son varias las crisis. Estamos acostumbrados a que vivan en nuestras casas, a que lleguen a cenar, solas o acompañadas, que nos susurren al oído y que se metan en nuestros sueños. ¿Cuántas crisis ha respirado últimamente? ¿Usted hace suyas las crisis ajenas? ¿Es usted un robacrisis?

A las crisis se les puede dibujar, se les puede poetizar, se les puede esculpir y hasta se les puede componer una canción.

Usted y yo,
…..lector,
…….sabemos que las crisis son,
..y siempre serán,
……..del Arte la aorta
…..que hace latir su corazón.

Marco Vinicio Padilla Arceo
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