3 cuadrangulares de C. A. Campos

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ritmos circadianos

es cosa de irse acostumbrando, lo del reloj,
de irnos a darle el pésame al orden
y la santa bienvenida al caos,
de quemar adrede los bosques
y cultivar los mares,
adiós decirle a la puta tierra firme

es cosa de decidirnos a presenciar
cómo el loco afán se entromete,
se interpone entre el ayer y el mañana,
entre el aceptar y la resignación,
entre el cándido amor y la indiferencia

es cosa de conjugar los pronombres,
de aprender a desaprender,
y de no menospreciar, por ejemplo,
el arte menor de mear de pie,
de cantar o llorar a solas

epifanía

he de irme a la porra,
pronto (gracias a Dios)

con la lluvia un lunes, con el sol,
o con la luna un viernes:
lo de menos

a las buenas o las malas,
con permiso o secuestrado,
por ser víctima y verdugo

el turno pronto ha de llegarme
por no haber dado el culo
o mi alma haber regateado

sí o sí, y sin más ni más
en esta fila de pan,
de afán

por pensar el bien
y practicar el mal

victorias pírricas

nada de gratificación instantánea:
rendirse es algo que te cuesta,
que se logra y que fácil se malogra
si no somos decentes, si no estamos atentos,
que solamente a largo plazo se adquiere

es cosa de afán, entusiasmo,
de méritos y atrevidos,
de cojones y dulces decepciones:
sólo para valientes
y no apto para menores ni pendejos

es el caro premio que se gana
después de los vuelos y los duelos,
después de los tropezones y empujones,
después de los sueños
y los fuera de juego

Acerca de
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c. a. campos

Escritor dominicano (Santiago, 1973). Desde 1984 reside en Nueva York, Estados Unidos. Escribe tanto en inglés como en castellano.

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