arenga en do menor
por más que te hablen
de otras estrellas, de otros mundos,
para a dónde vas a correr
si no hay otro planeta que habitar,
de aquí sales hecho un muerto:
es el precio mínimo por vivir
por más que creas en extraterrestres,
si ellos no te han secuestrado
es que eres como nosotros,
siento decirte:
es que no eres tan importante
si no hay otra luna a la que visitar,
no hay otro planeta que habitar
hay que cuidar de él
y no huir,
no buscar salidas de emergencia
aparte de ser hijos de putas,
somos hijos del sol,
de una estrella que no quiso,
que no necesitó ser más grande
ni más pequeña de lo que es,
si es que te necesitamos para reír
para a dónde vas a coger
fotosíntesis
las hojas hacen lo que pueden
con el viento, con la oscuridad
a los árboles honran que las parieron
y sus ramas (¿cunas, mecedoras, mejores brazos?)
regateando con el sol,
lidiando con los vahídos de las nubes,
con el eterno insomnio de la luna
expertas trapecistas:
se la juegan, a diario, la existencia,
hasta que caen por causa justa y necesaria,
sin honor y sin público
las hojas que yo recojo,
que me hacen estornudar
y desearme salud
este dolor de cabeza
sé que he sufrido,
que muchas veces fue merecido,
por creer que hay camino
para localizar el destino
aunque no me acuerde
y aunque no me llevó a ninguna parte,
yo si tuve a la suerte
la tuve de mi parte,
aunque cuando la descubrí
ya había partido,
sin su colaboración
teniendo que jugar cada partido
no quiero tu lástima
menos tu limosna,
así que ahórrate la llamada,
yo ya tengo boleto
para otro encuentro,
ahórrate tu actuación
todavía no he muerto
sé que he herido,
que muchas veces fue por engreído,
por creerme aspirina,
creerle al corazón sí o sí
este dolor de cabeza
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