abracadabra
para que rías, por lo menos,
hago de payaso,
pinto, aumento mi nariz
y trabajo la carcajada,
el humor de la ironía,
la ironía del humor,
como si fuese magia,
hago de mago
para sacar de mi sombrero
no conejos
sino carcajeos tuyos,
es lo de menos
que puedo ser por ti, para ti,
que rías y rías
ya que no te hago sonreír,
debido a que no puedo
hacerte feliz
presencia
con tus ojos, quiero que me correspondas,
que la mirada me devuelvas
cuando tú quieras,
cuando tú puedas para acercarme a ti
no como el salteador que soy
sino con tu permiso,
para a la vida volver en tus labios,
en tu lengua,
en tu ser de suspiros,
y volver a morir, pero con más vida,
con más dolor lejos de ti, como una ballena,
con tus ojos lozanos,
quiero que me leas cuando tú puedas,
sin prisa,
cuando tú quieras las ojeras, el pulso,
las líneas de mi mano que tiembla
como la tierra de tu isla,
de tu corazón que sufre de taquicardia,
de alegría:
espero que contigo te hayas traído
tentaciones
con las ganas….nos dejaron
nos enseñaron
la cruel lección……………de nuestra situación
sin tocar…………sin probar
como si con sólo ver bastara
como si al ser no le faltara
como a la carne………….su pizca de sal
su poquito de estar
con las ganas….nos dejaron
teniendo que apagar el fuego
con el sueño
y las flores……..de los abuelos
que nos encomendaron
teniendo que cerrar los ojos
y apurar la fuerte bebida
de nuestra despedida,
de nuestra melancolía
por la promesa de la alegría
con las ganas….nos dejaron
nos enseñaron
la cruel lección……………de nuestra situación
números
ochenta y ocho teclas, dicen,
tiene el piano.
mientras que la estufa de mi cocina, cinco,
y mi radio, dos: a eme
y efe m.
dicen, de veinte a veintitrés teclas
tiene, además, el saxofón
del jazz que tú odias,
del cual disfruto a escondidas.
el cielo tiene sus días
de sacar/secar sus trapitos,
la tierra sus noches
en las que se desvela no
por ti, sino por su luna menguante.
aparte, pero contigo,
entre tu inocencia y mi ignorancia
(la cual me ha puesto en aviso
de extinción),
¿cuántas teclas, pregunto,
tenemos nosotros?, ¿cuánta música?
tres, alegan las malas lenguas,
tiene la trompeta,
treinta y nueve formas de tocarte.
el proceso
contundentes, las pruebas,
estuviste allí, grave error,
cuando tu obligación era la opuesta,
comprobar que estabas entre
con nosotros,
ayudándonos a excusar o culpar
la presencia del otro
o su ausencia,
la del tipo que se salió con la suya
y nos ha enviado las pruebas,
repetimos,
para citarte, pedirte explicaciones:
qué hacías allí,
si sabemos que no eres culpable,
por qué no te has declarado
inocente,
si ni estamos aquí (contigo)
para pasar sentencia,
qué fue lo que descubriste de ti,
de nosotros—
ansiosos estamos por oírte,
por aplaudirte
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