Las paredes del Templo del Dios de la Tierra se levantan con tablas y luego se enlucen con barro. Las ratas, por esta razón, se alojan aquí. Si se las humea es de temer que las tablas se quemen; si se las aniega es de temer que se desmorone el enlucido de las tablas. Por eso estas ratas no pueden ser matadas, debido al Templo del Dios de la Tierra.