Polaroid
El sesenta por ciento en otro país, en otra lengua:
En unos meses ya habré caminado media vida,
ya lo habré logrado:
Entusiasmado, indiferente, cabizbajo.
Mas hoy, ante la lealtad del café y la duda,
no me hace falta celebrar lo que he ganado,
ni enumerar lo tanto que no he hecho:
Me basta sólo el tiempo que me queda: Esta fe.
Misa en fa menor
Café, leche y azúcar:
No siempre la vida me faltará.
Lejos, cerca, antes o después,
en inglés, mi español
o en esta lengua intercesora,
yo, un atardecer, sé que viviré.
No siempre me faltará:
Llovizna, paraguas y camino.
Aunque para ese tiempo
yo, a lo mejor, ya no esté.
No siempre esta vida:
Incienso, aleluya y amén.
De hombres y númenes
Y amanecí sentado,
apoyado en mi escritorio,
soportando la ausencia
del tiempo, la presencia
imperiosa del vacío.
Otra vez te esperé
entre tragos de café,
de guitarra y de luna;
recordándote como se
recuerda a un viaje,
a un muerto.
Y no llegaste. Otra vez
solamente el gallo
y las ocho horas llegaron;
la afeitadora, el cepillo.
Y amanecí sentado;
otra vez me trasnoché
como la luz de la vela,
esperándote;
importándome un pito
que no habías
prometido retorno.
Amanecí sentado,
sujetándome de un texto,
de una pintura,
con mis codos sobre
este escritorio tuyo más que mío,
como me va sucediendo
esta noche de octubre:
Sin ti, otra vez.