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Bicentenario de János Arany

jueves 1 de marzo de 2018
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Sellos conmemorativos del bicentenario de János Arany
El diseño de la serie filatélica conmemorativa del bicentenario de János Arany fue de Gergö Gilicze y tuvo una tirada de 30.000 ejemplares que comenzaron a circular el 10 de julio de 2017.

El año 2017 se consagró en Hungría al bicentenario de uno de los más grandes de la literatura magiar: János Arany, quien nació el 2 de marzo de 1817 en Nagyszalonta —la antigua Salonta, Transilvania, Rumania— y murió el 22 de octubre de 1882 en Budapest.

Su carrera arrancó cuando en 1846 vio la luz su épico poema lírico La constitución perdida; no sería el único de su carrera, aunque fue con Toldi con que se alzó con el premio que otorgaba la Sociedad Kisfaludy en 1847 y ello le hizo acreedor de una fuerte amistad con otro de los grandes poetas de su tiempo y con el que mantendría una rica y abundante correspondencia epistolar que hoy es uno de los grandes tesoros de la historia de la literatura en estas llanuras de la Europa Central.

Arany nació en el seno de una familia bastante bien situada en la campiña húngara, fue enviado a la escuela de Debrecen, y allí se enrolaría durante un corto período con un grupo de trotamundos y cantores, abandonando sus estudios y, seguramente, entre ellos tomó esa conciencia social y revolucionaria que le llevaría a participar activamente en el resurgimiento de la patria.

Está considerado un poeta inmortal, sobresalió su célebre trilogía dedicada a Toldi (1847), Toldi: el amor (1848-49) y Toldi: el ocaso (1854).

En 1840 tomó parte en los acontecimientos de la revolución y durante algún tiempo sería el editor del diario gubernamental; en esa época trabajaba en el Ministerio de Asuntos Exteriores, que estaba en manos de Bertalan Szemere. En la década siguiente estuvo impartiendo clases entre 1851 y 1860, no fue una de sus mejores etapas y acabaría dejando la docencia para ocupar el puesto como miembro de la Academia Húngara en 1858 que le llevará a cambiar su residencia de Nagykörös a Pest (la capital húngara se montó con la unión de Buda, Obuda y Pest, resultando la Budapest que todos conocemos).

A partir de ese momento se caracteriza una nueva etapa de gran producción literaria que alcanzará popularidad incluso fuera del estricto marco húngaro, pues también incursionó con algunas baladas inspiradas en el rico folclor transilvano (de donde él procedía) y escocés. En Pest estuvo editando el periódico literario Szépirodalmi Figyelö (El Observador Literario, que posteriormente pasaría a denominarse Koszorú o La Corona). Sería elegido primer secretario y poco después, en 1870, secretario general de la Academia de Ciencias de Hungría.

Está considerado un poeta inmortal, sobresalió su célebre trilogía dedicada a Toldi (1847), Toldi: el amor (1848-49) y Toldi: el ocaso (1854). Una parte de esa trilogía está inspirada en las aventuras del héroe anónimo del siglo XIV en la corte imperial del momento. Fue el cenit de su carrera, se trata de un extenso poema de doce cantos de versos alejandrinos que cautivaron a Petöfi (otro de los grandes literatos húngaros, que incluso da nombre a una de las emisoras estatales húngaras que hasta hace poco escuchaba en su frecuencia de onda media bien entrada la noche) y con el que mantuvo una abundante y rica correspondencia.

Otro poema épico lo publicaría por la misma época, concretamente en 1850: Esteban el loco (una segunda parte vería la luz en 1873), en él refleja una mezcla humorística y la realidad, sin duda representa uno de los momentos de mayor autorrevelación del escritor, por lo que se considera un trabajo autobiográfico. Con otra trilogía, Hun, que apareció en 1864, engarzó la prehistoria con la vida de su tiempo, y La muerte del rey Buda fue, posiblemente, el broche de oro que cerraba su exitosa carrera literaria; éste fue premiado en 1874. Se trata de un extenso trabajo que recoge la sangrienta lucha de Atila (rey de los hunos, aquél célebre guerrero que proclamó la célebre frase “Donde pisa mi caballo no vuelve a nacer la hierba”; impresionante la escultura que tiene en Budapest) con su hermano mayor. En esta composición logró crear una original obra donde engarza el análisis psicológico, que refuerza y justifica, la progresión dramática del poema.

Los timbres se basan en el legado del pintor Mihály Zichy, que se inspiró en cuatro baladas de Arany.

Arany, en fin, fue traductor al húngaro de Aristófanes, Sófocles, Goethe o Shakespeare. Era un gran erudito que dominaba y leía perfectamente varias lenguas, entre ellas el alemán, el latín, el griego, el inglés y el francés; fruto de una formación clásica, enriqueció y engrandeció el acervo lingüístico húngaro, en su obra poética se han contabilizado más de 60.000 palabras, sin duda el vocabulario poético más rico en la lengua magiar. Otra aportación de Arany fue la difusión que realizó de otro grande de las letras húngaras, Imre Madách (1823-1864) y su imprescindible obra La tragedia del hombre, que vio la luz en 1861. Tras quedar liberado de sus tareas directivas en la Academia en 1879 (de la que era secretario desde 1865), encontró la tranquilidad que necesitaba para producir una serie de poemas que se consideran los más hermosos y emotivos de la poesía húngara.

Los puristas dicen que la mejor recopilación de las obras del inolvidable Arany fue la que realizara, a mediados del siglo XX, Géza Vainovich que, con sus seis volúmenes, pasa por ser la obra de referencia por excelencia sobre el gran legado del literato húngaro, aunque lógico sea advertirlo, no es un trabajo precisamente fácil de encontrar en el mercado.

Los sellos emitidos en hojita bloque recogen 2×120 y 2×120+75 florines de sobrecarga destinada a la promoción de la filatelia. Los timbres se basan en el legado del pintor Mihály Zichy, que se inspiró en cuatro baladas de Arany: “El héroe de Bor”, “La señorita Inés”, “Los bardos de Gales” y “La madre del rey Matías”. En el margen izquierdo de la hojita encontramos una imagen de Arany realizada en 1858. Para el sobre de primer día se utilizó su firma, el diseño de la serie fue de Gergö Gilicze y tuvo una tirada de 30.000 ejemplares que comenzaron a circular el 10 de julio de 2017.

Juan Franco Crespo
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