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La hibridez lírica en la poesía de Navil Naime

jueves 24 de septiembre de 2020
Navil Naime
Los de Navil Naime (Cantaura, Anzoátegui, 1961) son poemas donde las metáforas y metonimias abren su belleza al ayer, al hoy; al aquí y al ahora.

Hablar de poética híbrida pudo ser un detonante cultural, cuando los países mediterráneos se construían en torno a las fusiones de diferentes regiones, y lo nuevo se hibridizaba con las culturas antiguas. Plinio El Viejo, en su Historia natural, menciona la hibridez al referirse a los migrantes que ocupaban Roma cuando ya el mestizaje había comenzado en el Mediterráneo.

A finales del siglo XX, desde diferentes ámbitos culturales, el término híbrido cobra importancia y se convierte en motivo de estudio entre investigadores como Leslie Bary, Antonio Cornejo Polar o Néstor García Canclini, cuyo libro Culturas híbridas marcó, en su momento, un hito de controversias culturales.

El termino híbrido se asumía con una visión algo conflictiva, pero ¿cómo negar que lo híbrido embellece y enriquece la cultura, el arte, la música, la literatura, la comida y todas las manifestaciones culturales de lo cotidiano?

En estos momentos de aislamiento y cuarentena por el exótico coronavirus, ¿qué mejor que unir nuestros pensamientos y lecturas en torno a una hibridez que nos arropa, alimenta nuestro espíritu, desarrolla nuestra imaginación? También la podemos asumir como un acto de amor y solidaridad que enlaza regiones, países, amigos, familias, amantes.

El poeta no escapa al compromiso emocional con su ámbito familiar; es su poesía, convertida en denuncia de sus nostalgias, el elemento privilegiado para expresarla.

A veces lo híbrido busca lo diferente aunque duela, lo que arroba el corazón y entristece el alma. Así lo expresa el médico-poeta venezolano Navil Naime (Cantaura, Anzoátegui, 1961) cuando dedica a su padre estos versos: “La luz clausurada de tu alcoba / y la alcabala cruel de tus postigos. / Es la palabra simple que no digo // perdido en el ardit de la memoria” (“Recuerdo”). Lo híbrido surge desde los recovecos emocionales de esa memoria. Será añoranza unas veces, demagogia de la palabra hibridez, que reclama su sitial de honor en la emotiva y sensible poesía de Navil Naime.

Qué mayor riqueza que sus versos, cuando la diversidad de registros, tonos y semitonos hibridizan los aromas, los colores, los amores y dolores, en un sentir que sufre, añora, en combinaciones simbólicas de una poética híbrida que no se rinde. Porque origen y familia son sujetos privilegiados en una dimensión ético-afectiva, que el poeta convierte en abstracción lírica. Allí es donde los poemas se enriquecen para dejar que aflore el dolor, el cual, en algunos casos, se consolida como motivo único. Así dice Navil en “La misma sed”: “La voz que intenta / lo que digo / y trabada en el camino / de mi sangre / atrapada por el dolor que / ostento. / No fue posible urdirla / con palabras. / Esto que callo / es todo lo que tengo”.

El poeta no escapa al compromiso emocional con su ámbito familiar; es su poesía, convertida en denuncia de sus nostalgias, el elemento privilegiado para expresarla. Convierte así las fronteras de sus raíces en dolores líricos, donde la hibridez carece de tautologías. Como lo dice Navil: “El tiempo ha borrado / nostalgias movedizas / nada zurce el abismo de sus sueños. / Padre, vuelve otra vez, de su sonrisa”.

Algunas veces la memoria no encuentra su lugar en los recuerdos. Es en su búsqueda cuando recapacita, para decir en “Los zapatos”: “Quizás descalzo consiga / andar la noche. / Rehacer la lejanía / perderme en lo que vuelve. / Necesito un resuello de luz. / Algo que toque / lo que al marchar perdí”.

La poesía de Navil abre horizontes de reconciliación intercultural, entre las crispadas y bizarras asimetrías que ofrece la crisis mundial. Nuevos sueños de itinerarios que descubren lo híbrido encerrado en la identidad de origen, y en la de destino. Poemas donde las metáforas y metonimias abren su belleza al ayer, al hoy; al aquí y al ahora. Al amor al Líbano y a Venezuela. Emotiva interacción, desde la poesía, entre los unos, los otros y nosotros.

Como dijo Octavio Paz: “La poesía es la invención de fábulas que son reales aun en su misma irrealidad”.

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