|
El primer tercio de la construcción, casi listo.
|
|
Para noviembre de este año estará lista la primera parte del edificio que albergará a la Biblioteca
Nacional de Chile, en Santiago, una estructura que albergará más de 150.000 títulos y que ocupará un
área de 17.000 metros cuadrados en el terreno donde estuvieron las antiguas bodegas de la Dirección de
Aprovisionamiento del Estado, en Matucana 151.
El edificio está frente al Centro Cultural Matucana 100, a dos cuadras de una importante boca de Metro y
en un sector donde hay muchos museos, colegios y hospitales que requieren los servicios de una biblioteca
pública.
La nueva sede devolverá a la institución su función esencial de guardar y preservar la memoria
bibliográfica de Chile. Desde hace años, y a falta de la instancia respectiva, esta entidad ha debido
desgastarse atendiendo consultas escolares, prestando los diarios del día o el último best-seller,
lo cual corresponde a una biblioteca pública.
"Las bibliotecas públicas modernas son también llamadas centros culturales, porque se convierten
en lugares de cultura y encuentro para toda la comunidad", explicó Clara Budnik, actual directora de
la Dirección de Bibilotecas, Archivos y Museos (Dibam).
El primer tercio está casi listo, será entregado en octubre y comprenderá la sala infantil, la sala
juvenil y un tercer piso de adultos. En la sala infantil las madres tendrán lugares donde dejar a sus hijos
y aprenderán a estimular en ellos el placer por la lectura.
El segundo tercio podría entregarse a mediados de 2005. "Estamos diseñando el patio central, que
será como una ‘U’, un lugar de gran acceso a la biblioteca, que conectará muy bien sus actividades con
Matucana 100. Tendrá una biblioteca clásica, con una sala de referencia, sala de adultos y una sala de
lectura de periódicos. Todo ello con instalaciones de computación".
Agregó la funcionaria que "el tercero será el espacio más libre, de apertura a la comunidad. Con
una gran sala, donde se montarán exposiciones solicitadas por el público, un salón de conferencias, un
taller de computación, librería y café. Quedaría pendiente y en obra gruesa el estacionamiento y una
sala auditorium en el sótano".
Las autoridades chilenas se encuentran actualmente adquiriendo libros y mobiliario. "Queremos una
biblioteca nueva, moderna, sin cosas viejas", explica Budnik. Se la dotará de una colección básica
—que siempre debe tener una biblioteca—, con libros clásicos, obras para niños y jóvenes, cómics,
obras de referencia en papel y en software y una colección de los diarios y revistas de las últimas dos
décadas.
El proyecto estará terminado en su totalidad a finales de 2005. Budnik aclara que aún faltan algunos
fondos para la infraestructura, pero que con seguridad las dos primeras etapas estarán entregadas y
operativas en el tiempo previsto. "Será el perfecto complemento entre lo que es una biblioteca
tradicional, en término de libros, más todas las nuevas tecnologías y el ingreso a redes. Es decir, el
acceso a una enorme cantidad de fuentes del conocimiento mundial".