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En homenaje al verso ofendido.
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El Encuentro Internacional de Poetas de El Salvador se desarrolló entre el 10 y el 14 de mayo bajo el
lema "El turno del ofendido" —el ofendido es el verso, según los organizadores—, honrando al
más famoso poeta de ese país, Roque Dalton, de cuyo nacimiento se cumplieron 69 años en la fecha de
clausura del evento.
"La lucha eterna del arte es contra el miedo mismo", dijo en su discurso inaugural el poeta
Otoniel Guevara, principal coordinador del evento, quien ya se ha encargado de la organización en ocasiones
anteriores, aunque afirmó que especialmente en esta ocasión se hizo un gran esfuerzo de coordinación con
el Consejo Nacional de la Cultura, Concultura.
Saúl Ibargoyen, uruguayo; Óscar Acosta, hondureño y contemporáneo de la llamada Generación
Comprometida en El Salvador; Manlio Argueta, autor salvadoreño; Ricardo Castrorrivas y Rafael Mendoza,
salvadoreños, fueron, entre otros, los encargados de hacer presencia en la mesa de honor en la jornada
inaugural.
El autor uruguayo Saúl Ibargoyen refirió parte de sus sentimientos acerca del evento, (la importancia
"porque al fin y al cabo todos somos latinoamericanos") y la relación ineludible de El Salvador y
el "cuentero de buen contar", Salarrué, de quien también se dijo admirador.
Luego, el autor hondureño Óscar Acosta se confesó adepto daltoniano, y dijo interesarse constantemente
por las letras cuscatlecas debido a cierta relación que lo une a El Salvador. "Agradezco
principalmente a los organizadores el haberme invitado, principalmente por mi relación amistosa con Roque
Dalton", apuntó.
Por tercer año consecutivo este evento es impulsado por la organización "Encuentro Permanente de
Poetas en El Salvador", que agrupa a unos quince poetas que vienen realizando este tipo de encuentros a
lo largo del año, sin fechas específicas y trayendo sólo un invitado a la vez.
Este año, el encuentro diseminó a los catorce poetas asistentes por todo el territorio salvadoreño.
Teatros, centros educativos, la Biblioteca Nacional, un parque, una iglesia, un cuartel de policía y el
penal de máxima seguridad de Apanteos (Santa Ana) fueron los escenarios del evento.
Sin duda uno de los actos más llamativos del encuentro fue el realizado en el mencionado penal, donde
los reclusos oyeron y recitaron poesía, además de representar una breve obra de teatro para los tres
escritores que se hicieron presentes en el recinto.
Los reclusos aprovecharon la oportunidad para expresar su necesidad de que les sea dotada una biblioteca,
aún pequeña, que mantienen en el penal con apoyo del Consejo Nacional de Seguridad Pública. Requirieron
también apoyo de las instituciones culturales de El Salvador, así como de Concultura.