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Regàs por Racionero.
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La escritora Rosa Regàs (Barcelona, 1933) fue designada directora de la Biblioteca Nacional de España,
según trascendió del anuncio hecho por la ministra de Cultura de ese país, Carmen Calvo, el pasado 10 de
mayo. La escritora catalana fue designada oficialmente en el Consejo de Ministros del viernes 14 de mayo.
Regás sustituye en el cargo al también escritor Luis Racionero. La autora, que obtuvo en 2001 el Premio
Planeta por su novela La canción de Dorotea,
manifestó que el nombramiento supone "un reconocimiento a mi labor" y en un primer momento
declinó hacer valoraciones sobre los retos que afrontará en su cargo.
La nueva responsable de la Biblioteca Nacional es licenciada en Filosofía y Letras, fue galardonada con
el Premio Nadal en 1995 por su novela Azul
y acaba de publicar Diario de una abuela de verano.
Regás perteneció a la "gauche divine" catalana, movimiento de los años 60 que se desarrolló en
Cataluña y al que pertenecieron autores como Terenci y Ana María Moix o Carlos Barral.
Además, Regàs fue fundadora de la editorial La Gaya Ciencia, sello en el que se publicaban obras de
literatura, política, economía, filosofía, poesía y arquitectura, además de Ediciones Bausán, dedicada
a literatura infantil. Entre 1970 y 1983 fue traductora para Naciones Unidas en Ginebra, Nueva York,
Nairobi, Washington y París. Tras este periplo fue nombrada en 1994 directora del Ateneo Americano de la
Casa de América de Madrid, cargo del que dimitió en 1998.
El domingo 16, en sus primeras declaraciones oficiales al frente de la institución, se mostró
interesada en acabar la digitalización de la biblioteca y "sobre todo, abrirla a todos los ciudadanos,
no sólo para unos cuantos sabios o especialistas, como a veces tenemos costumbre de pensar".
Regàs sugirió que los libros valencianos y catalanes podrían estar clasificados bajo la misma
nomenclatura próximamente. Se mostró partidaria de la unidad de la lengua catalana pero matizó que antes
de rectificar el criterio aplicado por su antecesor consultará a los lingüistas, mas no a los políticos.
"El catalán y el valenciano son una misma lengua, con ritmos de habla distintos, con palabras
distintas, como pueden tener el peruano y el colombiano, pero no por eso son lenguas diferentes",
argumentó.
Sus declaraciones despertaron cierto malestar en la Comunidad Valenciana, cuyo secretario autonómico de
Cultura y Política Lingüística, David Serra, advirtió el lunes 17 de que iniciativas como la posible
clasificación de los libros valencianos y catalanes bajo la misma nomenclatura en la Biblioteca Nacional
harían que el organismo "acabe siendo más nacional de unos que de otros".
Serra señaló que esos órganos del Estado "deben representarnos a todos por igual y respetar la
legalidad vigente" y, en ese sentido, conminó a la entidad dirigida por Regàs a tener en cuenta al
Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana. Añadió que si se está dispuesto por parte de la
Biblioteca Nacional "a no respetar lo que el Estatuto de Autonomía de los valencianos dice en
referencia a la oficialidad de las lenguas y su reconocimiento, esa será una decisión dentro del ámbito
de responsabilidad del Gobierno central".
Además, en opinión de Serra, el posible cambio de nomenclatura anunciado "es un mal comienzo en lo
que debe ser un clima de cordialidad y respeto legal a los estatutos de autonomía y a la realidad
lingüística de nuestro país". El secretario se preguntó "cuál será el siguiente paso a
dar", una vez "hayan quitado del mapa la calificación de val y comiencen a organizar a los
autores por origen y procedencia" y, al respecto, apostilló que eso "ya saben ustedes lo que
significa".