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Moore presentó el filme más aplaudido.
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En una escena de
Fahrenheit 9/11,
el cineasta estadounidense Michael Moore aparece saludando al presidente de su país, George W. Bush:
"Hola, presidente, soy Michael Moore". Con esa misma frase se felicitó a sí mismo el polémico
realizador, cuando este 22 de mayo su documental obtuvo la Palma de Oro en el
57º
Festival de Cannes.
Al recibir la distinción y tras una gran ovación del público presente, Moore dijo que ojalá el premio
le permita mostrar su película libremente en su país, donde tiene problemas de distribución. Agregó que
espera que las cosas comiencen a cambiar en el mundo y confió en que se imponga la verdad.
"¿Qué han hecho? Estoy completamente abrumado con este galardón", exclamó emocionado Moore
cuando recibió el premio. "La última vez que estuve en un escenario recibiendo un premio fue en
Hollywood y ocurrió una catástrofe".
La película —la más aplaudida del festival, con veinte minutos de palmas— es una devastadora
denuncia contra el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Según Moore, Bush logró arribar al poder
gracias a manipulaciones electorales de sus parientes y socios, y asegura que la guerra de Irak se planeó
por razones económicas con el objetivo de obtener el petróleo de ese país.
La película, hecha con un humor incisivo y con imágenes y testimonios inéditos, analiza sin piedad los
discursos del presidente de EUA y los contrapone a imágenes o testimonios que desmienten las palabras del
máximo líder de esa nación.
Como punto de partida de su filme, Moore toma las elecciones presidenciales de 2000 que llevaron al poder
a Bush. A continuación, revela las relaciones personales y financieras que unen a la familia Bush y a sus
asociados con la familia real de Arabia Saudí y con la familia Bin Laden.
Prueba de estas estrechas relaciones, según la cinta, es el hecho de que tras los atentados terroristas
del 11 de septiembre, y cuando el espacio aéreo de EUA estaba cerrado, miembros de la familia Bin Laden y
de otros grupos árabes pudieron abandonar el país sin ser interrogados por la policía federal.
La cámara de Moore muestra los sufrimientos de la guerra de Irak, tanto en un país como en el otro, y
revela que la mayoría de los soldados estadounidenses provienen de familias pobres o de minorías raciales,
como negros o hispanos.
El acostumbrado humor corrosivo de Moore está presente en la cinta cuando, armado de un altavoz, invita
a los legisladores a leer la "Ley Patriota" —que limitaba los derechos civiles— y que acaban
de firmar sin conocer en detalle. El realizador pregunta a los legisladores: "¿Por qué tan pocos
miembros del Congreso —en realidad sólo uno— tienen sus hijos en Irak? ¿Usted mandaría a los suyos a
combatir?", insiste, mientras los representantes del pueblo se alejan sin responder.
Moore es también autor del documental Bowling for Columbine,
que obtuvo un premio en el Festival de Cannes y un Oscar en 2002, en cuya ceremonia fue abucheado por los
asistentes. Además ha filmado The Big One
(1997), Operación Canadá
(1995), Pets or Meat
(1992) y Roger and Me
(1989).
Hace algunas semanas se hizo público que los estudios Disney impedirían la distribución de la
película en EUA. Miramax, la empresa productora de Fahrenheit 9/11,
es una filial de Disney, y tuvo que llegar a un acuerdo con ésta última para la distribución. Disney
habría preferido no distribuir directamente la película dado que este es un año electoral en EUA.
Los hermanos Weinstein, al frente de Miramax, sugirieron a Disney un acuerdo que el estudio les había
rechazado con anterioridad, y que consiste en que la productora compra a los estudios los derechos sobre el
filme. Por el momento no se han facilitado más datos sobre esta venta y posterior distribución de esta
cinta, para cuya producción se invirtió seis millones de dólares.
En cuanto a los restantes galardones, Old Boy,
del coreano Park-Chan Wook, que ganó el Gran Premio del Festival de Cannes, cuenta la complicada historia
de un secuestro y una venganza. La película se inspira en un cómic japonés, lo que explica la falta de
humanidad de los personajes y lo artificial de las situaciones, que buscan perturbar y repugnar
gratuitamente a los espectadores, "como cuando el protagonista se come un gran pulpo vivo o cuando se
corta la lengua".
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Diarios de motocicleta: protagonistas excluidos.
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Los dos premios de interpretación femenina y masculina, a Maggie Cheung, protagonista del filme francés
Clean,
y a Yagira Yuya, intérprete de la cinta japonesa
Nobody knows,
respectivamente, fueron calificados de "merecidos" por la crítica. Sin embargo, algunos
lamentaron que dos grandes actores, como el mexicano Gael García Bernal y el argentino Rodrigo de la Serna,
protagonistas de
Diarios de motocicleta,
del brasileño Walter Salles, quedaran fuera del Palmarés.
En cuanto al galardón de la mejor dirección para el argelino Tony Gatlif, realizador de Exils,
fue cuestionado ruidosamente por la prensa especializada, que consideró ese filme muy deficiente y
superficial. El premio al mejor guión, en cambio, se consideró justamente otorgado a Agnes Jaoui y Jean
Pierre Bacri por su trabajo en Comme una imagen,
una comedia francesa hecha a la manera de Woody Allen.
También fue bien recibido el premio del jurado para Irma Hall, de The Ladykillers,
el más reciente filme de los hermanos Coen, pero no ocurrió lo mismo con la otra cinta que compartió el
galardón, la tailandesa Tropical Malady,
de Apichatpong Weerasethakul, que fue juzgada demasiado simple e ingenua.
Los premios de la Federación Internacional de Críticos de Cine (Fipresci) recayeron sobre Fahrenheit
9/11, Whisky,
de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll (Uruguay) y Atash,
de Tawfik Abu Wael (Israel). Por su parte, el Premio François Chalais 2004, atribuido en el Festival de
Cannes por el Ministerio francés de Cultura y el Centro nacional francés de la cinematografía,
recompensó a Diarios de motocicleta,
del brasileño Walter Salles, e hizo una mención especial al director chileno Andrés Wood, por su
película Machuca,
que fue presentada en el marco de una sección paralela del festival, la "Quincena de los
realizadores".
El encuentro se inició el 12 de mayo y a lo largo de dos semanas compitieron por la Palma de Oro
diecinueve filmes. Participaron unos 30.000 profesionales del sector audiovisual entre directores, autores,
realizadores, productores y firmas de distribución. Además, este año se celebró, en el marco del
festival, un encuentro de los principales directivos de los grandes estudios y productoras de EUA, Europa,
India y China para abordar cuestiones relacionadas con el futuro de la industria.
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Almodóvar y su mala educación.
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Cabe destacar que entre los filmes que generaron mayores expectativas se encontraba la nueva producción
de Pedro Almodóvar,
La mala educación,
que se presentó en la jornada inaugural y fuera de concurso. Su protagonista, el mexicano Gael García
Bernal, participaba también en la sección oficial haciendo de Ché Guevara en
Diarios de motocicleta.
Almodóvar declaró en la conferencia de prensa que se celebró antes de la proyección, que el hecho de
abrir el Festival de Cine de Cannes "es un premio enorme en sí mismo", y agregó que sentía
"vértigo, mezcla de emociones y de números".
"Me siento como si fuera el titiritero que está en un escenario descomunal, mirando al público con
una sonrisa un poco pícara, que promete muchas cosas, mientras va descorriendo una enorme cortina que
esconde cientos de emociones cinematográficas que vamos todos a sentir a lo largo de este festival",
dijo el director español, que por cierto es el primero de esa nacionalidad en inaugurar el festival n sus
57 años de historia.
Ante la previsible pregunta de si La mala educación
era una película anticlerical, Almodóvar, en castellano, zanjó el asunto con prontitud: "No, no lo
es. La Iglesia se define a sí misma cada vez que hace declaraciones a la prensa. En España, el peor
enemigo de la Iglesia es ella misma".