
A Fernanda Maradei la conocimos en septiembre de 2022 en la Fiesta del Libro de Cúcuta. Nos la presentó su editor, el buen amigo Norberto Díaz-Granados. Lo que me llamó poderosamente de esta joven mujer es su sonrisa y la alegría que irradia de ella; es como un brillo que le sale por los ojos e ilumina todo a su alrededor. Su energía personal es muy intensa, una energía grata, optimista y muy fuerte. O, más que fuerte, podría decirse que contundente y vehemente. Ella fue una de las escritoras asistentes a la Fiesta del Libro de Cúcuta, invitada por la editorial Escritores Noveles a presentar su libro El colibrí de plata. Esta bumanguesa sonriente y alegre es también una mujer de carácter firme y fuerte. Se nota que no es tarea fácil hacerla salir de una idea o cambiar una decisión que ha tomado. De sí dice: “Soy una persona ordenada, muy ordenada. Alegre y con una capacidad para superar los problemas. Siempre… Para mí los problemas son una solución en potencia”. Y este mismo orden hace que en su vida no haya nada al azar, pues ella tiene el plan B y el plan A. El plan B es su docencia, el plan A es ser escritora, lo que además nos indica que está clarísima con lo que quiere en la vida y en cómo ha de obtenerlo. Tiene muy bien definidos los ámbitos de su vida, los cuales están desvinculados y discrimina en tres compartimientos: “Yo desvinculo ambas facetas. Las desvinculo bien, es decir, tengo… Yo digo que tengo tres trabajos realmente. Mi primer trabajo es ser mamá de dos adolescentes. Mi hija ya se gradúa, ya tiene diecisiete; mi chico acabó de cumplir quince; ese es mi primer trabajo, el más importante de todos. Soy docente de universidad, mi segundo trabajo, y en las noches me pongo el disfraz y me pongo en mi fase de escritora. Entonces tengo tres trabajos”.

De respuestas breves y concisas, Fernanda nos cuenta que sueña con los ojos abiertos. “¿Qué me motiva? Pensar… Yo sueño con los ojos abiertos. Todo el tiempo estoy pensando, estoy soñando mi mundo fantástico. ¿Qué me desmotiva? A veces siento que estoy dando mucho y no recibo, pero entonces yo al mismo tiempo me digo: no, espérate, sigue, sigue”. Por ello sus ratos libres, así como sus domingos, los dedica a escribir, por lo que a algunos podría parecerles que entonces no son tan libres esos ratos, pero como el hecho literario es una pasión en la vida de esta mujer sí lo son, aunque pensamos que más que ratos libres son ratos de disfrute, son momentos de creación lúdica. Ese divertimento queda patente en la temática de su obra, la fantasía, pero no una fantasía cualquiera, son historias inspiradas en la cosmogonía y la mitología de los pueblos originarios colombianos.
Viene de una infancia que hoy día es casi insólita, ya que la describe en éstos términos: “Mi infancia fue una infancia aventurera, porque vivíamos en la calle en ese tiempo; o sea, era la infancia en que no vivías en Internet sino que vivías en la calle jugando. En la calle, en aventuras. Fui scout también, entonces hice excursiones, camping”. Un tipo de infancia que fue normal hasta los años noventa; después, con la modernidad tecnológica, los niños de hoy día han perdido la posibilidad de vivir una vida libre, bonita y sencilla. Hermana gemela, recuerda que en una ocasión alguien en la calle la golpeó creyendo que era su hermana, cosa que después le causó risa. A Fernanda le gustan la cerveza, el espagueti y la lasaña, Van Gogh y el color rosado, y quisiera volver a Francia. Se confiesa escéptica en lo tocante a Dios, aunque cree que hay una esencia creadora pero no necesariamente atada a una religión.

Retomando el hecho escritural le preguntamos sus planes. “Bueno, con relación a la escritura a corto plazo tengo varios proyectos a realizar que estoy terminando. Acabé de terminar un libro inédito. Que inclusive lo mandé a Escritores Noveles. Ese sería inmediato, a mediano plazo quiero reconstruir una saga que tengo olvidada, es mi proyección el próximo año, trabajar sobre esa saga. Y a largo plazo, pues a largo plazo el sueño de cualquier escritor, que realmente los libros que uno escribe se puedan rotar fácilmente, que a la gente les gusten… Ese es a largo plazo”, fue su respuesta. Opina que el arte está en transición, no está en crisis, lo que pasa es que como todo y todos necesita evolucionar; por tanto, considera que los artistas deben buscar la manera de hacer evolucionar su arte para que llegue a la gente. En cuanto a qué le parece eso de que la literatura es coto de una élite, nos dijo muy enfáticamente: “No, no. No. Diría que lo que pasa es que de pronto falta cultura para enamorarse de la poesía o de la literatura en general. Y a veces ese amor… Como todo es un reflejo, a veces ese amor llega a partir del reflejo de los padres. Entonces todo es un círculo vicioso, y si las personas de menores recursos, además de que los libros son muy costosos, no tienen esa facilidad de acceder pues el ciclo se repite, pero no quiere decir que sea de una élite”. Siente su cabeza en constante ebullición, con miles de ideas dando vueltas; por eso ve su camino intelectual muy largo, siendo una mujer muy joven es mucho lo que aún tiene para dar. Por cierto que no cree mucho en la llegada de la musa inspiradora, no se sienta a esperarla. “Yo diría que se fabrica, es decir, no llega, en mi caso no llega, así como una lámpara que se enciende, no. Yo la fabrico. Lo que pasa es que mientras la fabrico sí se puede encender. O sea, mientras estoy pensando cómo hacerlo, cómo hacerlo, cómo hacerlo, de pronto ¡oh! Llegó”.
Ya para despedirnos quisimos saber cuál es la filosofía de vida de esta particular y fascinante mujer; nos dijo: “Hacer lo que te gusta. Yo todo lo hago porque me gusta. Soy profesora porque me gusta ser profesora. No escogí otra profesión sino esa porque me gusta, me gusta ser profesora. Soy escritora porque me encanta escribir. Esa es mi filosofía de vida”.

- Cósimo Mandrillo - viernes 10 de noviembre de 2023
- Fernanda Maradei - viernes 27 de octubre de 2023
- Amparo Cárdenas - viernes 13 de octubre de 2023