La primera palabra que viene a mi mente para describir Memoria de jirafa es: entrañable. María del Rosario Laverde, la autora de este texto, hace un ejercicio catártico con cada historia, cada recuerdo: al tiempo que ella suelta y desahoga su vivencia infantil, nosotros, al leerlo, nos hemos estremecido hasta lo más recóndito del alma pues descubrimos que aunque la vida, las circunstancias, la geografía son diferentes, los sentimientos, las sensaciones, las emociones son los mismos en todos los niños del mundo, en los de aquí y en los de allá.
Un libro que han declarado incalificable porque no es poesía, ni novela, ni cuento, ¡pero tiene de todo esto! Como lo comentó el comunicador Renson Said el martes 30 de agosto en las instalaciones de la biblioteca Julio Pérez Ferrero, en el marco de la 12ª Feria del Libro de Cúcuta, cuando presentó el libro y a su autora. Ese día oímos en la propia voz de Laverde cómo fue la construcción de este texto, cómo fueron saliendo estas narraciones.
Escrito de manera sencilla, que no simple, dividido en dos partes y cuarenta y cuatro narraciones. Es la historia de vida de una niñita antes y después de la pérdida de su padre, lo cual se parece a una novela; por su parte, cada recuerdo contado parece un cuento breve y está escrito con un lenguaje luminoso, preciso, elocuente, sin adornos ni artificios, y lo mejor, sin pretender pasar por un libro “profundo, sesudo e intelectual”; pero he ahí su encanto, pues al hablar de ese mundo de emociones y sentimientos que es un niño ante su vida y sus circunstancias lo hace un texto intenso y profundo. Tal vez no todos se sientan conmovidos con su lectura, porque a veces la transparencia de la sencillez resulta difícil de entender. Son pequeños tapices que nos muestran cómo era la Colombia de los 80, cómo era la cotidianidad de un país, de una ciudad. Esa microhistoria que al fin y al cabo es el basamento de la macrohistoria.
A través de estos recuerdos, María del Rosario Laverde le dice a su padre —y a todo el que quiera oírla— cuánto lo ama y cuánto lo extraña. Cuánto la han marcado su presencia y su ausencia. Es un texto escrito desde la nostalgia con un amor infinito, una ternura dulce, delicada, que no llega a empalagar pero sí a humedecer los ojos cuando no a dejar escapar una cristalina lágrima. Impacta la viveza del recuerdo, la claridad en la memoria para enumerar nombres, lugares, sensaciones, momentos. Un libro que tácitamente nos convoca a mirar y revisar nuestro pasado y hallar en él los dolores y alegrías que nos marcaron y nos formaron para exorcizar y perdonar todo aquello que nos lastima, para resurgir de entre nosotros mismos.
Un trabajo editorial hermoso y muy cuidado realizado este año en México por Aquelarre Editoras y que cuenta con ilustraciones realizadas por Flor GuGa.
Sus textos publicados antes de 2015
148 • 161 • 163 • 167 • 169 • 173 • 178 • 222
Ciudad Letralia: Anagrafías
- Cósimo Mandrillo - viernes 10 de noviembre de 2023
- Fernanda Maradei - viernes 27 de octubre de 2023
- Amparo Cárdenas - viernes 13 de octubre de 2023
