De entre grandes hojas, salía lento el mundo.
La ancha tierra siempre cubierta con pieles de soles.
Aurelio Arturo.
Jardín escrito
Presente en la claridad suspendida,
este jardín es la estancia del tiempo.
Pere Gimferrer.
Existe un estremecimiento de jardines ululantes
en la voracidad de la luz filtrada por el verano
Aquí prolifera el viento
Imagen instrumental de la hora que estalla
caldeada de asombros crepusculares
De entre la matriz del mundo
una piedra incandescente se yergue
como la médula cristalizada de la tierra
Estancia donde la mirada se expande
solícita y memoriosa
Y en el agua ovillada del estanque
el espejo nómada del día refleja la frágil figura
de la desnuda intemperie
(Para Miguel David, el pequeño jardinero)
El bosque dormido
Bosque dormido en el tiempo
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo.
Vicente Gerbasi.
I.
Las imágenes del bosque
dejan curso
entre sus árboles
al acto
de la fantasía concreta
y la ceremonia
del relámpago
II.
El verano
es como un sortilegio
donde el espeso desamparo
exige el deslumbramiento
de un silencio
El mundo
lleno de ruidos
desconoce la transparencia
de este bosque
que serenas mutaciones
guarda encarnado
III.
Descansemos en la eternidad
de sus piedras
Mientras sus manantiales
se abren como redes
envolviendo
la coronación del descanso
IV.
Este bosque
es el refugio
que abriga dulces esperanzas
Y sólo
la adolescente vibración
de nuestros silencios
lo mantiene reverdecido
V.
No hay más que este bosque
reflejado en el oleaje
de tus palabras
Su fragancia se expande
como ráfaga en el aire
La profundidad de su plumaje
nos cobija
recién el tiempo
se torna aciago misterio
VI.
Su alucinada grandeza
se me antoja en ti
Eres el bosque noctámbulo
de mi primera visión
Todo instante
es la estancia
donde te recobro
Infinita como el bosque
VII.
La mano que lo pinta
es nuestro propio corazón
Luego
en la memoria del amanecer
El bosque extiende sus brazos
a la magnificencia solar
Devolviéndonos al espacio
donde pertenecemos
VIII.
Regresemos al bosque
y tomemos agua
de su manantial
Hechizados entonces
por sus inmóviles espejos
Seremos como pájaros
que duermen
en el bosque dormido
(Para Julia Elena Rial, con respeto y admiración)
Ser como árboles
Los árboles hablan
el idioma de los tiempos.
Ana María Moreno.
I.
Qué pueden decir los árboles
del tiempo que transcurre
Sólo una soledad infinita
Un tiempo inmemorial
les da sentido a las cosas
II.
Donde el muro hace sombra
nace un árbol irrespirable
Un dolor inaudito
Un grito
apenas sentido
Donde el muro hace sombra
un helecho busca la luz
Sutil venganza
de la vida que permanece
III.
Cada rama
es un fragmento de memoria
en el día perdurable
Una página abierta
donde el pasado
deja su escritura
Un brazo adolorido
Una queja silenciosa
Un misterio por descubrir
IV.
Hoja a hoja
se construye el cuerpo
de su fronda
Una frase que labra
nuestra permanencia en la tierra
Un fuego hecho a la medida
de nuestra desnudez
instaura un espacio de tiempo
Un rocío
Una sombra
En donde los árboles
son testigos
de la consumación de los días
V.
Pero más allá del fuego
queda la incertidumbre
Un dolor vacío
Una búsqueda incesante
Una raíz
que sostiene
el peso de nuestra soledad
Como los árboles
sostienen
el peso de la noche
VI.
Ser como árboles inertes
ante la consumación de los días
detenidos a la vera del tiempo
Insomnes ante la soledad del mundo
Como árboles
simplemente
como árboles
Mientras
un leve fulgor
de tormenta permanece
dormido entre sus ramas
(Para Santiago Rafael & Francisco Sebastián
árboles de una musical y luminosa simiente)
Galería del bosque
Bosque fiel a los pájaros del cielo
y a los alegres númenes del río.
Rodolfo Moleiro.
I.
El poema fluye
alimentándose de sonidos vegetales
Reencuentro del hombre
consigo y su entorno
No hay otro horizonte
Y a él nos aferramos
con todo su esplendor
y su miseria
II.
Bosque interior
que recorremos despacio
para hallarnos
al final del camino
(como en un espejo)
frente a nosotros
Lúcida senda dispuesta
a encauzar dudas y anhelos
III.
Y al transitar sus veredas
detenemos la mirada
respiramos el aire que se cuela
entre las palabras
Sentimos el trino de los pájaros
fieles compañeros en esta senda
Bucólicos arcanos que convocan
la esperanza
Y al viaje como melancólica revelación
Nuestra alma y el paisaje
confundidos en un mismo movimiento
IV.
Aunque no todo es celebración
en este canto
También hay dudas / temores arraigados
Sin embargo
como en el cambio de las estaciones
un estado de ánimo sucede al otro
Dejando volar
todos nuestros sentimientos
en sus variados matices
V.
En el cerrado canto del bosque
florece un árbol de imágenes
brindando al paseante solitario
sus luminosos frutos
Sólo basta dejar los sentidos
despiertos
ante la humildad de las palabras
Respirar el aroma fértil
que convoca el poema
Aceptarlo en su más profunda verdad
(Para Doris Galíndez, también con respeto y admiración)
Pájaro o nube
¿Qué cielo conoces mientras vuelas?
Gelindo Casasola.
Errar de pájaros convertidos
en lóbrega figura de la intemperie
¿Canto o embriaguez de palabras
conjugadas sin sosiego?
Inerte vuelo de la imagen
recogida en su propio ámbito
¿Pájaro o nube?
El azul de la tierra es reflejo
del cielo que los acompaña
Pergamino donde las credenciales de la luz
nos otorgan nuestra inefable herencia
Como a pájaros / como a nubes
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