
Lo que nos queda finalmente es la memoria, el más duradero de todos los gestos de un tiempo vivido. Los ídolos pasan, todo sucede, conforma una época, pero aquellos momentos iniciáticos perduran hasta que nosotros abandonamos nuestro escenario personal y terrenal. Esto también ocurrió con los geniales muchachos de Liverpool, que un día formaron y crearon una de las más famosas bandas musicales de todos los tiempos: los Beatles.
Hicieron tanto ruido en nuestras mentes y época que tarareábamos sus letras, bailábamos su pegajosa música y nos reuníamos en esas tardes gloriosas para escucharlos con devoción y caer en una suerte de hipnosis.
John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr llenaron nuestras brillantes horas ociosas en plena juventud con “Love Me Do”, “She Loves You” y “I Want to Hold Your Hand”, letras tan simples, confesionales, directas al corazón, solamente tomar una mano o pedir que te ame y ofrecer fidelidad. Hay mucho romanticismo, tan pasado de moda en estos tiempos, cuando se baila alrededor del apocalipsis.
Temprano abandonó este mundo Lennon, quizás el más emblemático de los Beatles.
Esta nota sobre esos recuerdos, tan significativos para nuestra generación y la música pop, el rock, algo nostálgicos, como suele ocurrir con todo tiempo pasado, es para llamar la atención sobre lo que considero un reconocimiento de McCartney a John Lennon, asesinado frente a su edificio de apartamentos en Nueva York por un admirador que pareciera haber enloquecido con la lectura del icónico libro de Salinger El guardián entre el centeno.
Temprano abandonó este mundo Lennon, quizás el más emblemático de los Beatles, y por esas infaustas circunstancias, dolorosas, dejó un vacío y un silencio difícil de llenar, cuando las multitudes parecieran orar alrededor de su leyenda.
Como todo grupo, tuvieron sus divergencias, algunas rivalidades entre sí, propias de los artistas —se escribió un reguero de chismografía por años—, buscaron culpables de la desintegración de la banda, que ya había alcanzado la cima del Everest. Para el caso es lo mismo, fue una década gloriosa por donde se evalúe, hicieron historia y es lo que en verdad cuenta.
Paul McCartney, uno de los sobrevivientes, ya cumplidos los 81 años, es la leyenda viva de los mágicos chicos de Liverpool, junto con Ringo Starr, que animó las canciones con su batería. McCartney escribió una de las joyas del repertorio de los Beatles, “Yesterday” —“ayer no tenía problemas que se trasladaron al presente”— y esa otra canción en la que habla con su madre cuando se encuentra en momentos difíciles: “Let it Be” (“Déjalo ser”).
Las letras de los Beatles son muy reveladoras del cambio civilizatorio, de época, un lenguaje más cerca del corazón del hombre, todo lo contrario de la distopía actual que pareciera pisarnos los talones.
El avance sigiloso, firme, vertiginoso, sinuoso, dominante, deslumbrante, preocupante, y los adjetivos que podría aún resistir la inteligencia artificial, y el gesto de Paul McCartney hacia Lennon, nos permitirá disfrutar próximamente de una canción inédita de John en su propia voz. No se sabe el nombre de la canción y se especula que podría titularse “Now and Then”, escrita por Lennon en 1978. Es la magia de la IA, sin duda, pero yo quiero destacar, sobre todo, el homenaje que McCartney rinde a su amigo John Lennon cincuenta años después de haberse disuelto la banda.
Reveló Paul que se ha logrado “purificar la voz de Lennon gracias a la IA”.
La noticia, el anuncio, lo hizo hace unos días a la BBC de Londres el propio McCartney, que esta será la última canción de los Beatles. No es un gesto corriente ni menor entre artistas, músicos, poetas, pintores, cantantes, etc., porque marcará el inicio de una nueva época y le pondrá “punto final” a todo lo realizado por la famosa banda. Reveló Paul que se ha logrado “purificar la voz de Lennon gracias a la IA”.
Desde luego, en esta historia hay una leyenda real. McCartney tomó la canción con la voz de Lennon de un casete que éste había grabado en Nueva York poco antes de ser asesinado, 1980, y tenía la leyenda “Para Paul”. Lennon toca un piano y se deslizan algunos ruidos en el casete original. Esa es la imagen real. Toda imperfección ha sido subsanada por la IA y, según confesó McCartney, “le da un poco de miedo su uso”. Sin embargo, añadió: “Es el futuro, tendremos que ver hacia dónde lleva eso”.
McCartney sigue activo cantando como solista, casi como si fuera el quinto Beatle. ¿Quizás ese sea el próximo anuncio de la IA?
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