Coetzee en su isla desierta
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Coetzee recibió el premio Nobel el 10 de diciembre.
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El escritor sudafricano John Maxwell Coetzee recibió el 10 de diciembre de
2003 el premio Nobel de Literatura, en una corta ceremonia de poco más de una
hora en la que el rey Carlos Gustavo XVI de Suecia presidió el acto de entrega.
Coetzee fue presentado por el escritor y académico sueco Per Wastberg, quien
definió la obra del sudafricano como "un cable de alta tensión que
recorre el paisaje inhóspito de Suráfrica". Agregó que el escritor
"ha escarbado a fondo en el suelo de la condición humana, en su crueldad y
en su soledad. Ha dado voz a quienes están fuera de la protección de lo
divino, con honestidad intelectual y un hondo sentimiento".
Luego Coetzee dedicó a la concurrencia su discurso, enfocado en la historia
de Robinson Crusoe, libro de Daniel Defoe que atrapó al sudafricano
cuando tenía sólo 9 años. El escritor habló de la isla de Crusoe como si
fuera su Sudáfrica natal. En tercera persona denunció que un gran número de
escritores plagiaron aquellas aventuras, y que quienes así lo hicieron, le
parecían "una manada de caníbales que querían derribarme y comerme
después", sin llegar a comprender que, en realidad, su cometido era
destruir la verdad.
Coetzee recibió los aplausos más efusivos de una ceremonia en la que
también fueron galardonados nueve científicos en las áreas de economía,
física, química y medicina. Las inusitadas protestas en contra de los
ganadores en las dos últimas categorías, y los roces de la Academia Sueca con
el novelista galardonado, fueron el prólogo de una ceremonia que finalmente
transcurrió sin mayores alteraciones.
Una de las controversias se originó por el discurso de Coetzee durante la
recepción del premio, ya que la Fundación
Nobel exigía tener los derechos de propiedad intelectual del mismo, a lo
que se oponía el escritor. Sin embargo, pocos días antes de la ceremonia el
escritor aceptó publicarlo completo en Internet.
Si bien la concesión del máximo galardón de las letras a Coetzee recibió
amplia aprobación internacional, desató una controversia política en
Sudáfrica, toda vez que el Congreso Nacional Africano (CNA), el partido de
gobierno, había atacado Desgracia, la novela más famosa del
galardonado, que relata sin complacencias la situación en ese país tras el fin
del sistema de segregación racial.
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