Gonzalo Rojas topó con el Cervantes
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Rojas, el lentiforme.
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El escritor chileno Gonzalo Rojas se hizo acreedor este año al premio Cervantes,
la más importante distinción de las letras castellanas, como se supo mediante
el anuncio hecho público el 10 de diciembre por la ministra de Educación,
Cultura y Deporte de España, Pilar del Castillo, tras reunirse con el jurado,
que estuvo presidido por el director de la
Real
Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha.
Rojas recibirá el premio —dotado con 90.152 euros— el próximo 23 de
abril, fecha de la muerte del autor de Don Quijote, de manos del Rey de
España, en un acto solemne en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de
Henares.
El autor chileno se convierte así en el vigésimo noveno escritor premiado
con el Cervantes desde su institución en 1975. Este año se daba
como favoritos a autores de la talla del uruguayo Mario Benedetti, el peruano
Alfredo Bryce Echenique y los españoles Ana María Matute y Juan Marsé —finalista
por tercer año consecutivo, tras quedarse a las puertas en las últimas dos
ediciones frente a los ganadores Álvaro Mutis y José Jiménez Lozano,
respectivamente. El jurado del galardón justificó su decisión en la capacidad
de Rojas para "crear un universo propio en la línea de lo que podemos
llamar la tradición de la modernidad".
El premio Cervantes es considerado el Nobel de las letras hispánicas. Aunque
fue instituido en 1974, su primera edición tuvo lugar de modo efectivo al año
siguiente. El propósito del premio es honrar una obra literaria completa. Los
candidatos son presentados por el pleno de la Real Academia Española y por las
academias de los países hispanos y los premiados en años anteriores. El jurado
se halla presidido por el ministro de Cultura y Educación de España y, desde
1980, en evitación de coincidencias, esta dignidad sólo puede concederse a uno
de los candidatos.
Tras conocer la distinción de la que se hizo merecedor, Rojas calificó el
recibirla como "lo más extraordinario" para cualquier escritor. Se
declaró sorprendido por el premio, y dijo que era honroso para él y sus
compatriotas. Rojas es el decimocuarto latinoamericano en obtenerlo. Además lo
han obtenido quince españoles y, del total, sólo dos han sido mujeres: la
española María Zambrano y la cubana Dulce María Loynaz.
"Imagínese cómo recibo este premio, Cervantes es Cervantes, Alcalá de
Henares anda en la cabeza de todos los locos de este mundo. Tenemos a Cervantes
en el seso desde que somos niños. Recibir un premio que lleve ese nombre es
para nosotros lo más extraordinario que puede darse en nuestra lengua y en
cualquiera de las lenguas", declaró.
Antes de que se conociera el fallo ya se apostaba por que en esta edición el
galardón recayera en un escritor latinoamericano, pues por tradición —lo que
no implica que no se haya transgredido en algunas ocasiones—el premio se
entrega alternativamente a autores de uno y otro lado del Atlántico. El año
pasado, el ganador del Cervantes fue el español José Jiménez Lozano.
Rojas nació en Lebu (Chile) en 1917. En su etapa de estudiante de Derecho y
Filosofía en la Universidad de
Chile inició su vida literaria, tras conocer a Vicente Huidobro, figura que
le despertó el interés por la literatura. Perteneciente a la Generación del
38, formó parte del grupo Mandrágora, de tendencia surrealista, del que se
distanció posteriormente.
Su obra ha aparecido a un ritmo pausado, pues según Rojas —quien se
definió como un poeta "lentiforme, de los que no se apresuran"— su
trabajo literario ha sido abordado morosamente. "No hay por qué asustarse
con eso de las edades. Jamás he tenido ninguna prisa. Los dioses me han
ayudado, se me dieron las visiones obsesivas, esas tres metáforas de las que
habla Borges, de muchacho".
Su primer libro, titulado La miseria del hombre, se publicó en 1948,
y la publicación del segundo, titulado Contra la muerte, hubo de esperar
hasta 1964. El ritmo de su producción poética aumentó sensiblemente a partir
de 1977, con la aparición de Oscuro, momento desde el que su nombre
adquiere proyección internacional.
Catedrático de teoría de la literatura en la Universidad de Concepción,
organizó a partir de 1958 los congresos de escritores, que a lo largo de los
años han reunido a los mejores autores hispanoamericanos. Asimismo, ha
impartido cursos en numerosas universidades de América y Europa, a la vez que
ha ocupado cargos diplomáticos, como el de consejero cultural de Chile o
encargado de Negocios de Chile en La Habana (Cuba).
Tras el golpe militar, se exilió en Alemania y Venezuela. Volvió a su país
en 1979, estableciéndose en Chilán. En 2002 fue nombrado académico de honor
de la Academia Chilena de la Lengua.
Ha recibido, entre otros, el Premio de la Sociedad de Escritores de Chile,
Premio Nacional de Literatura de Chile, Premio Altazor, Premio Walt Whitman,
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 1992, Premio José Hernández de
Argentina (1997), y Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo (1998).
Tras sus tres primeras obras, llegaron Transtierro. Versión antológica
(1979), Del relámpago (1981), 50 poemas (1982), Críptico y
otros poemas (1984), El alumbrado y otros poemas (1987), Schizotext
and other poems (1988), Materia de testamento (1988) —uno de los
libros más vendidos en Madrid ese año—, Desocupado lector (1990), Las
hermosas. Poesía de amor (1991), Antología del aire (1991), Cinco
visiones (Antología poética) (1992), Rubio turbio (1996) y América
es la casa y otros poemas (1998).
Entre su última producción se encuentran Metamorfosis de lo mismo (2000),
colección antológica compuesta de: ¿Qué se ama cuándo se ama? (2000),
Réquiem de la mariposa (2001), Poesía esencial (2001), Al
silencio (2002), Del ocio sagrado (2002), No haya corrupción (2003)
e Inconcluso (2003).
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