Tal como un perro aullando en las noches de disparos y la forma se alarga para tratar de apoyarse en base segura. De todas formas, la murmuración es un escándalo, un proyecto para la protección de los fieles que se revuelcan sobre el polvo o contra las manchas que jerarquizan la verticalidad.
En lo sustancial, se expresa el intento que chorrea hasta más no poder. No queda nada para el disimulo, ni para las dentelladas al margen del carbón. Entre salpicaduras nos entendemos y las dimensiones nos encuadran a lo ancho y también a lo largo.
La pureza de la forma no está en discusión. ¿Acaso no podría convertirse en arpa y armonizar con la música de las manchas que saben de fantasmagorías? En un todavía impreciso, una figura, surgida del azar, se aplica a las curvas como si se tratase de independizarse del desorden del mundo.
2
Alejado de lo mórbido para sistematizar la angustia, la perplejidad o la ilusión de inmanencia. Específicamente se amolda al pliego que le tocó en desgracia. Dejó el mañana con el artículo con cabeza de pato. Elucubrando las esquinas, tantea las aberraciones del límite: fronteras que no se desplazan más allá. ¿Será posible (o imaginable) una adyacencia neutra en el aquende?
Sólo quiere transmigrar a donde se le ordene, pero ¿de cuál lugar vendrá un mandamiento tal? Cada moción permanece integrada a cierto gesto que la concatena al conjunto de las vibraciones que huelen a emborronaduras.
La sentencia de continuar provino de la interioridad del fondo. Entenderse con lo sacro también pasa por las líneas que ansían no ser más minúsculas. Ánimos desembocados en las franjas y, a continuación, se atan las evoluciones que aprehenden su oficio encima del papel tajante y no recrecido.
3
Quiso ser rostro con ojos saltones para inspeccionar a un ave, presumiblemente zancuda. Apenas alcanzó a un esbozo, aunque se verifica el alma que posee por el tremor de los labios insinuados.
Otros señuelos quizá atraigan a hormas aparejadas con barrotes que emergen con testa que anhela trashumar y convencer. Es tan inserta la veracidad de la afirmación que unas filas de rasgos se anuncian a la ligera y propenden hacia un lenguaje de peso, sin brusquedad.
Ocupa la forma toda la parte de la creación signada por un dolor de sombra y asombro. No es su intención tajarse ni cortarse, sino insistir en el arriba y en el abajo hasta cubrirse de una hendedura que, subliminalmente, la extiende. De este modo, podrá desfilar con el valor de su desvanecimiento y enmarañarse, a perpetuidad, en el absurdo de la expectación.
4
Desde los saltos espasmódicos de lo arcano insurgen configuraciones que entablan diálogos a deshora y, así mismo, conversan acerca de los viajes que se sueñan o de los sueños que se viajan. Nada rectas, se elongan en busca de piezas para sus destinos poco claros, pero sí prematuros.
Quisieron para sí amparos de abanicos o esguinces menos apretados para ganar espacios y reinar con excelsitud. No obstante, todo eso les está negado y deben proseguir a mordiscos contra las transformaciones que intentan disolverlas en la insignificancia.
Ábrense paso a través de columnas de un írrito humo u oblicua niebla de los albores. Se entorchan a sus naturalezas y prosiguen en la ruta de las esculturas que nunca han sucumbido, ni aun en los peores remates de púas o estrechamientos.
Escritor, sinólogo, traductor, fotógrafo y artista visual venezolano (Cagua, Aragua, 1951). Estudió chino moderno y clásico, así como historia de la cultura china, en la Universidad de Peking (1977-1982). De septiembre de 2001 a septiembre de 2008 fue agregado cultural de la Embajada de Venezuela en China. Textos suyos han aparecido en diversos medios de comunicación de Venezuela y China, entre otros países. También ha publicado los poemarios Ideogramas (Maracay, Venezuela, 1992) y Mudanzas, el hábito (Pekín, China, 2003), el libro de cuentos Calma final (Maracay, 1995), los libros de prosa poética Textos de las estaciones (Editorial Letralia, 2003; edición bilingüe español-chino con fotografías, Editorial La Lagartija Erudita; Peking, 2006), Postales (Corporación Cultural Beijing Xingsuo, Pekín, 2004), La casa que me habita (edición ilustrada; Editorial La Lagartija Erudita, Peking, 2004; versión en chino de Chang Shiru, Editorial de las Nacionalidades, 2006; Editorial Letralia, 2006), Vestigios en la arena (Editorial La Lagartija Erudita, Peking, 2007) y Claves lanzadas al espacio o a las aguas (con fotografías del autor; Editorial Letralia, 2015); el libro de brevedades Desde el Cinabrio (Editorial La Lagartija Erudita, Peking, 2005), la antología digital de poesía y fotografía Intromisiones, radiogramas y telegramas (Editorial Cinosargo, 2008) y diez traducciones del chino al castellano, entre las que se cuentan Libro del amor, de Feng Menglong (bid & co. editor, 2008) y Lo que no dijo el maestro (selección), de Yuan Mei (bid & co. editor, 2015), además de la selección de cuentos largos Ocho escritoras chinas; vida cotidiana en la China de hoy, antología de varios traductores (Icaria, Barcelona, España, 1990). La edición digital de su libro La casa que me habita recibió el IV Premio Nacional del Libro 2006 para la Región Centro Occidental de Venezuela en la mención “Libros con nuevos soportes” de la categoría C, “Libros, revistas, catálogos, afiches y sitios electrónicos”.