Publica tu libro con Letralia y FBLibros Saltar al contenido

Ideogramas sobre papel

lunes 3 de agosto de 2020
¡Comparte esto en tus redes sociales!
Textos y dibujo-collage: Wilfredo Carrizales
Ideogramas sobre papel, por Wilfredo Carrizales
Dibujo-collage: Wilfredo Carrizales

1

LAS HORAS se van guindando de las nubes y pronto semejan faroles en decadencia. En las llanuras se despliegan horizontes de insectos, cuyas texturas vibran dentro de una rojez que emite chirridos. Unas luces de moriencia trepanan esqueletos de hierbas en los instantes de mayor soledumbre. Hay unos seres en audiencia, por doquier. Acaso reciban órdenes en sobres ya desecados. Muy difícil saber si el estío aniquiló a su solsticio, pero aún se oyen quejidos de un calor que conduele. Ayeres hubo sin esfuerzos del pasado.

 

2

LA MARIPOSA traza un mapa entre los brazos del dueño de naderías. Luego se distrae con ideas que resultan banderillas en las esquinas del papel. Lo pautado se cronometra para pestañear por allí. En nombre de la exterioridad se comulga y se sigue adelante, de remate en remate. Válvulas y pajaritas murmuran bajo los ranúnculos de paso. Se invocan piedras movedizas para los batientes que no perseveran. Una cabeza se agacha y azulea de inmediato en el umbral sin apoyo. Todo el espacio teme quedarse sin ofrendas y entonces las semillas predican la abundancia.

 

3

LOS HOYOS se alinean en el tope de las colecciones que avanzan derechas. Antes de los juicios, los tilos representados en sucesión. Las formas de los arbustos aguardan por las manos inscritas entre confusiones. Unos trazos cuelgan de edificios y sus fonéticas enserian a las tabletas del desarrollo. Al margen, se expurga un escriba para preservar algo de sus componentes. No se le puede pedir al corazón que se sacrifique por nada. Es necesario sostenerlo desde la base hasta la cima. Entonces la sangre se contrae siguiendo al fuego y se cubre de cenizas en suspensión.

 

4

LOS VASOS se guarecen dentro de la arcilla que representa a la tierra. Lo común se modera con lo inventado con fascinación. Se explayan las ocurrencias, por ejemplo, y siempre se escribe un sí tras otro sí. La germinación de la roca, de largo, no gratifica. Un punto comienza su causa y produce el origen de las radicales extensiones. Los tallos se amoldan a sus armaduras bajo los cartapacios de tortugas y ciclos sagrados de cocodrilos. En su defensa, las armas se ancianizan y con ello no ofenden al ueste. Del desdén se atribuyen llagas con cuerdas y unos lazos cual tapujos.

 

5

LA OSCURIDAD sólo secreta la mitad de sus horas. Siendo la ausencia también espacio, gana encrucijadas para levantarse con los pájaros. De modo absoluto se mezcla lo que está juntado con lo que está exento. Esa realidad se graba con potencia de garfios. Sin motivo, se trapea a la ceguera inducida y más remotos lugares se explican hacia el centro. Muchos intervalos les caen a los suburbios, a pesar de lo erróneo de los ruidos retorciéndose. Se componen adaptaciones primitivas que luego se alteran con la aparición de algo mal llamado “casualidad”.

 

6

LOS PROYECTOS para deslizarse hasta las cumbres sufren de flojedad. Los accesorios que se requieren corren el riesgo de empequeñecerse por la sugestión de las nociones. Mientras tanto, los terrenos continúan elevándose, exponiendo a las visiones a precipitarse en abismos. Del carácter de la nieve nada bueno se puede esperar. Mas notables resultan los guijarros en sus inclinaciones y en sus estatismos, aunque antes se tumbaban para rodar. Hoy ya nadie cree en pellejos contra el cielo ni en carbones que se alejan de sus crujidos. El objetivo se fija y, de seguro, yerran los disparos.

 

7

LAS CORONAS y los carros, de consuno, se contraen con el brillo de los enojos. Y así, con todo, prosiguen las sucesiones de la ubicuidad, de la duración de lo deforme, de las instancias y sus permutas. Quienes rastrean huellas van en pos de sus propios pasos atrasados. Ocurren extrañas alteraciones detrás de los saltos y las carreras y la moción de lo espasmódico se niega, envuelta en lo ficticio. (En lontananza un hombre cruza un recodo con piernas en préstamo). Repiquetean los ornamentos de la ostentación, al tiempo que lo intrincado ofrece tres líneas que subyugan.

 

8

LA TELA más ligera se sacude en lo simultáneo de su venteo. Por extensión, se tiende a capricho encima de la abreviación de un ensamblaje. La ventaja para embelesarse radica en una muralla que se bambolea de modo adecuado. Vale la pena informarse de los anuncios que mantienen significados. Se contraen los fines y se endurecen los caracteres de las clausuras. Sin cesar fluye un agua no uniforme y nutre a las sales ya curadas. Si se consideran a los sabios, se les debe abastecer de ramas con gritos como asaltos. Varias figuras se presionan y acaecen las repulsas del orbe.

 

9

LAS PIPAS arrojan humos la mar de enrevesados. Se ignora si son legales sus fundamentos. Las ofertas de incrementar los exvotos se plantean entre familias sin sucesión. Al encuentro de los respetos salen oficiantes de los libros señeros. Vense (con ojos sin pupilas) prisioneros que subyacen tras quebradas transparencias. La captura de un sueño es suficiente para quienes moran y se confunden afuera. Bronces siendo del otoño se contemplan dondequiera se altere el invierno. Y más escritos y más excesos se prodigan cuando la melancolía reparte sus especies y los apelativos frenan.

 

10

LOS DIENTES en pos de los rangos de la abstinencia. En las contracciones, las tretas históricas y un hambre hacia la regularidad de su cadencia. Bajo el sol, la conducta de las uñas en huelga. Sobran los momentos de las presencias de los ancestros, aunque ningún enterado se ocasione comienzos de era. Emanan curvas, ángulos, diagramas y rasguños. Una multitud de pocos suplican ante un santuario y frotan sus rodillas contra las balaustradas. Los raptos hacen temblar a los pilares, mientras una preciosa ambigüedad se unta de grasa y savia.

 

11

LOS CIELOS se derrumban hacia arriba y no se enaltecen abajo. Los del suicidio oportuno se dejan caer sobre el crepúsculo divisorio. Silban algunos que los secundan, pero ni así el estro apaga su sed. Del neón se rectifican sus siluetas y el taller de dagas. (Nace un niño presentado y por él, las libaciones). Siguen las calaveras y templos no tan diminutos y rodeados jades, recientes y conversos. (De ordinario la cosecha se repuja sobre un cuero sin estacas). En la casa demolida dormían los barbudos y se arropaban con flechas de grana y eructaban datos para la caza en los valles.

 

12

LOS DECESOS aun insuperables y las viudas rompiéndose las tripas a fuer de lutos longevos. Esperanzas son las de los nietos en oferta. Un mes, primero partido en dos mitades y luego devino óctuple menoscabo con una solemnidad a la lumbre de un trípode. De nuevo imperan las materias de los accesos y las ciudades, mientras los sordos deliberan acerca de los vastos misterios. Un lugar se ahonda y se marca para que con él se eduque el imprecador y su gesta. Alguien se restringe la boca con un lingote de cobre y anuncia once veces la recompensa que lo empuja.

 

13

LOS RAYOS penetran a través de los vapores de las pesadillas. Sobre los terrenos se suprimen las yemas que se afogan. De una proporción común surgen dos términos, de manera gráfica, conectados para las migraciones. Las oportunidades no se repiten, como tampoco se repiten la sed, los bestiajes, los efugios. Muchos atributos en busca de sus órbitas y un resplandor que sirve para comparar guantes. En pretéritas circunstancias, los arbitrios eran estudiados por ancianos de una mano. El tejido de cáñamo se explica por sí solo, aunque llovizne con excepción.

 

14

LAS ÁNFORAS espolean las leyendas que contienen, al son de joyas y de ajorcas. Hacia el mediodía se funde una habitación para recibir a huéspedes de tesoros ancestrales. Los espíritus cesaron en sus predicciones de guerras y luchas intestinas. Ahora sólo se ocupan de propiciar perspicacias. Para la eternidad no hay mandato que valga ni servicios de compasión. Los intérpretes de los cánones se suponen disfrutando de liberalidades. Al otro lado del allá de aquí, la peste golpea con sus sellos bien probados. Lo que se detiene se deposita bajo tierra y lo secundan contracciones.

 

15

LOS FRAGMENTOS no son piezas quebradas ni disoluciones de la yesca. Quizá sean pruritos de la mala fortuna o vértebras extraídas del cieno más contumaz. Un lance pronuncia su sentido en la orilla de las teñiduras. En un estadio superior se hacen notar licencias de lo absurdo de la aurora. A brochazos se prueban las sustancias de la expansión. Sin embargo, los talentos salen eliminados en el ínterin. Si se entrecruzan sinónimos, la especificidad de los objetos flaquea. Con frecuencia un humano se reconoce de pies a cabeza, aunque su voz sólo sea un apéndice pasajero.

Wilfredo Carrizales
Últimas entradas de Wilfredo Carrizales (ver todo)

¡Comparte esto en tus redes sociales!
correcciondetextos.org: el mejor servicio de corrección de textos y corrección de estilo al mejor precio