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Como se descargan las particularidades

lunes 14 de agosto de 2023
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Textos y piedras pintadas: Wilfredo Carrizales
Como se descargan las particularidades, por Wilfredo Carrizales
Piedra pintada: Wilfredo Carrizales

Olores

El olor del café ronronea por el cuarto en busca de una nariz que le abra las ventanas. El queso se maravilla con el vino a su espalda. Se expanden las fragancias de las especias e Isabel se franquea con su flor de carne que le palpita de rojez. (No hay jardín a la vista y los insectos intentan depositar sus humos). De repente, unos aromas pintan sus complacencias y los efluvios completan su mojadura de las sábanas. El tabaco ha muerto enfermo y extendido. Se guarnece la fiebre y los inciensos aprovechan para sahumar a los rotos muñecos de la basura.

 

Memorias

Porque primero olvido y después recuerdo. (¿O es al contrario?). Lo siento y recambio los cognomentos: sobre todo los similares. Voy viendo días con la mente: la electricidad de los mañanas no paga. Se agregan semanas y números y fechas de comidas: el olvido hace sucumbir todo. (A diario intento recordarme y no lo logro: el pasado no aprende nada). Encuentros con la música en horas que no se acreditan. Me reconozco oyendo un piano que no existe: intento memorizar los compases. ¡Inútil! Juego a repetir mi voz a través del teléfono: algo se disipa y no vuelve. Lo terrible no es quedar absorto; lo brutal es que no hubo antes ni tiempo atrás. En todo momento acontece que los retazos de memoria no pueden ser colectados.

 

Escrituras

Escriben afuera mientras esperan adentro. Lo justo arriba y no se preocupan. Formas de la cortedad los sumen en un bienestar de película. (Los abuelos necesitan volver a oír Rock and Roll como en las idas épocas). Porque hay que graduar los alcoholes, las posesiones de los tragos se vuelven muy tenaces. Los automóviles están siendo pintados por las muchachas que se desnudan al sol y los niños se babean pronunciando infinitivos. (Ante la vista de los exámenes, ellos se noquean y se trizan los cabellos).

 

Amenidades

Durante las festividades abundan los lenguajes. Algunos solitarios conservan sus geografías a mano y de vez en cuando organizan picnics en ellas. Los títulos de las calles se resguardan del optimismo del crecimiento. (En las próximas puertas las porciones de las calorías se conocen si tú telefoneas con anterioridad). Un presidente inteligente (¿lo habrá?) y un papa chismean acerca de finales con alegría y los errores de interpretación se dejan de lado para los que vengan después.

 

Auxilios

Vamos a los conciertos y siempre se rompen los violines. ¿Quién pregunta sobre la cuestión? Los patanes hablan en alta voz. ¿Cuál es el más eficaz? Los futbolistas visitan los asilos de ancianos y ninguno les regala un balón. ¿Podrán los viejos desquitarse en algún momento? Nunca sonríen los que tramitan pasaportes y, sin embargo, tienen la mejor voluntad del mundo. ¿Dónde están los modelos para armar y desarmar? Muchos participan en ejercicios de sueño, a pesar del peligro. ¿Alguien se ha atrevido a despertarlos cuando notan que sus ronquidos se prolongan demasiado?

 

Sonidos

Se suele tenerlos, cuidando de que el borde de la lengua no se equivoque. Así, el barro batirá; la alegría se alebrestará; la escoba recogerá sus rezos; lo que huye arguyendo sentirá un estruendo; la lluvia tronará si antes no es omitida… La sordidez de los sonidos alcanza hasta los sonados casos de las vibraciones en párrafos y a las sonrisas de oreja a mandíbula y a la oposición de los mudos y a los soplos de las cantinelas y… de sopetón, emiten las sondas sus variaciones para las campanas y el asunto causa luego murmuraciones asaz extrañas entre los que despiertan con sones mal empleados.

 

Añadidos

El muchacho le enseña su gallo a la muchacha que cría gatos y son testigos la criada y la cocinera. De modo que si la muchacha no cabe después en su vestido se deducirá de ello el uso propio del sexo. (Hay hembras que terminan modificándose y si antes eran actrices, ahora son cazadoras o discípulas del lobo escondido). En la práctica, no se distinguen las balanzas de los pantalones ni éstos de las escaleras para las verduras. ¿Y qué si los pañuelos son probados primero por los ratones? ¿Quedarán sólo mitades al cabo? El espía nos aplasta y su siseo lo dirige. El vigía boxea con las moscas a contrareloj. Las esposas porfían y buscan patatas fuera del país.

 

Probabilidades

Cualquiera no deplora las cópulas ni las conchas soldadas a las suelas de los zapatos. La existencia marcha con el favor de los vientos. ¡A menudo se ama uno mismo y nadie lo nota! Adelante puede haber naranjas, perfectas, seguras y fáciles. Mas ningún peatón se agacha para recogerlas, pues prefiere los ruegos. ¿Ve usted el sesgo de la situación? ¿Tendremos que temer en el futuro no extinto lo permitido por lo absoluto? ¡Somos pasivos y por ello nos alabamos!

 

Como se descargan las particularidades, por Wilfredo Carrizales
Piedra pintada: Wilfredo Carrizales

Vergüenzas

¡Búscamelas! ¡Las óptimas! Coma, no se interrogue y punto. Admírese sin exclamación. Otro costo para su gloria. Los eminentes gustan de las quimeras porque brillan detrás de los portones y los dueños se peinan, arduos, con el continente engomado. América (toda) es de los sastres y de los guerreros carentes de gracia y estilo. ¡Buenas tardes y los alhelíes ya no se ven en las ciudades! ¡Buenos días y nuestros mares se contaminan con las ánimas en pena! ¡Buenas noches y las cucarachas se ahogan en la cocina! Y las plumas las retienen mis amigas como prendas en plural.

 

Personajes

Los ruines se obsequian cosas baladíes que anhelan en crecimiento. Los malos acentúan las consonantes, agradables en sus trances. Los corteses son objeto de postreras mezquindades por parte de holgazanas regordetas. Los señoritos no se mezclan con el vulgo por temor a la trivialidad… Aquellas féminas en pos de esos hombrones y en cada esquina los perricos las mean y los menos paupérrimos pugnan por ser libérrimos y lo irregular les corta el paso. Poquísimos salen fieles y muchísimos se amplían las mentiras. La diferencia la establecen los elocuentes y los locos con tantas faltas y los desdichados juegan a mil y a uno y salen trasquilados. ¿Ciudadanos? ¿Cuáles ciudadanos? ¡Zafios e ignorantes para exportar! ¿Qué libro estabas leyendo tú cuando la hacienda pública se fue a lo de menos? ¿La cuarentena interminable o Un ochavo a las cuatro?

 

Acaeceres

Padres cuyas cobardías han sido otorgadas por los sinos sin suposiciones. Noches estabilizadas en los periodos que halan hacia abajo. Juventudes redichas, adjetivadas en tantos grados a la sombra. (Habiendo conexiones los deseos no alcanzan para mirarlas y disfrutarlas). Oscuridades de liberalidad, apenas consumidas por enfermedades de la inclinación. Purezas en proceso de comercialización, mientras los matrimonios expelen sustancias sólidas. (No cualquiera se aboca al estudio de los entierros apurados). Trenes ausentes dentro de sus silencios con harta preferencia.

 

Impulsiones

Tropiezan los traviesos contra las picardías de la residencia. (Se subrayan las futuras víctimas en buen estado). La natalidad ha devenido en un desfiladero, un pasaje angosto para andar con las patas temblorosas. Ósculos mal ejercidos, con el agravante de la falta de originalidad. (En demanda, réplicas de sospechas e inventarios de sangramientos en baja forja). Tiro de los tributos y resbalo para llegar a la conclusión de que todo me volvía la espalda, aun en mi derecho.

 

Asaltos

Los he leído, pero no los he asimilado: los ladrones nunca me han visto. Ellos mismos son generosos con lo robado. (Lo invencible nos degradaría por lustros y lustros, a pesar de la unidad de enfoque). Resulta necesario sindicar a alguien, mas ¿quién se anota como voluntario? A muchísimas gentes han dejado desnudas durante los atracos y luego el frío las ha obligado a interminables sesiones secretas para suplicar abrigos. (Ahora estoy debajo de las desataduras, no sorteado, ante la evidencia de que me devuelvan mis trapos. La verdad fluctúa y se deshace).

 

Tijeretadas

Recorridos en retazos… y dos tijeretadas. Los mequetrefes se emboscan, fragmentados y avaros, y agachados se delatan y tiran las tijeras. (De un golpe, recortes, algo picantes para atacar la ablución). Parapetados, los fachendosos moquean y hay que reprimirlos con válvulas cortantes. No vale la pena desdeñar a los curiosos: sus insignificancias se enmarañan ellas solas. (A cuchilladas ahuyento a los rateros y después me burlo largo rato de sus estornudos). ¿Habrá resuellos inútiles detrás de las cizallas oxidadas, demasiado húmedas? La tonsura debe establecerse como ceremonia para los ovejas. Nosotros, los despabilados, nos conformamos con tijeretas de las vides.

 

Digresiones

Divididos en cuarteles, acantonados de cualquier modo: así nos encontrará la próxima generación. Y lo que se pueda cavar, pues que se cave y se lancen dentro los difuntos con defectos. (Al ver a un azadón, me entra un hambre para rumiantes y palpo mi panza). Los bígamos escarban en sus documentos en procura de un puyazo de la suerte. La prolijidad se torna en luz difusa, poco apta para la diseminación de las lindezas de los idiolectos. (Se rumora que un grupo de orfebres compró una muñeca grotesca para manosearla con cierto decoro. ¿Será tamaña grosería?). Las novicias han pedido libertad plena, incondicional, para ingresar a los cabarets y probar los procedimientos de moda. (¡Atención! ¡Desaparejo un palo y corro detrás de un émbolo y me gano unos galones!).

Como se descargan las particularidades, por Wilfredo Carrizales
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Wilfredo Carrizales
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